miércoles, 4 de junio de 2025

martes, 27 de mayo de 2025

PSICOLOGÍA SALVÍFICA. BREVES APUNTES (Ruiz Sánchez, 2025)

 


En la historia de la psicología hay una tendencia reiterada entre algunos de sus exponentes a "exportar" sus planteamientos a grandes cuestiones sociales desde varias perspectivas como, por ejemplo:

1-Neopsicoanálisis de los 50 a los 70: Fromm, Horney, p.e.. y que se relacionó con el movimiento marxista en el contexto contra revolucionario de mayo del 67, etc. Se buscaba poner en evidencia las estructuras "neurotizantes" de la población.

Resultados: Positivo en cuanto poner énfasis en el efecto de determinadas prácticas culturales en los problemas emocionales de las personas. /Negativo: Las propias reivindicaciones fueron incorporadas por el sistema dominante a "betselleers" sin mucha trascendencia.

2-Psicología humanista que pretende cambiar a las personas "desde dentro" y que tuvo una fuerte influencia en ámbitos religiosos en los años 80 en una perspectiva rogeriana.

Resultados: Positivo en cuanto a tener en cuenta los aspectos emocionales en la práctica de las funciones de los religiosos/ Negativo: Cuestionar principios teológicos que dan cohesión comunitaria a estos grupos religiosos (crítica desde una perspectiva cristiana).

3-Psicología adleriana que en la época previa al nazismo (década de los 30 del siglo XX) en Alemania y Austria y bajo gobiernos socialdemócratas difundió un estilo educativo para maestros y padres en problemas infanto juveniles.

Resultados: Positivo en cuanto a desarrollar por primera vez centros especializados en la atención de problemas psicológicos en niños y sus familias poniendo énfasis en la colaboración social/ Negativo: Sujeto a los vaivenes políticos de aquel momento, siendo suprimidos por el régimen nazi a continuación.

4-Psicologías cognitivas y constructivistas: Han tenido más influencia en el campo pedagógico a nivel social que solamente en el campo clínico (que también en la rama "evidencia" cognitiva-conductual).

Resultados: Positivos-quizás apuntar hacia los aspectos subjetivos o "mentales" o "debajo de la piel" y su papel en la conducta (recuperados por el contextualismo desde otra perspectiva funcional)/ Negativos: Resultados más que cuestionables en el ámbito educativo aun habiéndose apoyado en políticas estatales de alta difusión en centros educativos de todo un país (El caso español es llamativo). 

5-Psicología conductista con obras como Walden Dos (Skinner) y similares pero que a nivel práctico tuvo un impacto limitado en el ámbito educativo y militar (proyecto pelícano en la II Guerra Mundial) y que actualmente se ha trasladado a ámbitos como "Prosocial" (Contextualismo e la línea de ACT); Movimiento ACL (En la línea de FAP) o Proyectos de cambios de hábitos culturales (en la línea de los analistas de conducta brasileños).

Resultados: Positivo en el desarrollo del análisis funcional de la conducta como herramienta de análisis de la conducta y el análisis aplicado de la conducta a diversos problemas humanos de la llamada o mal llamada salud mental; aplicaciones educativas concretas, difusión de como se ejerce el poder mediante varias instancias sociales (Skinner-"Ciencia y conducta humana" p.e); promoción de la colaboración en la resolución de problemas humanos (en una línea similar al interés social adleriano previo mediante el prosocial y el ACL p.e), contribuciones al entendimiento de prácticas sociales en base a la psicología operante y la RFT; etc. /Negativos: Confunde el nivel teórico con el control real de quienes  tienen el poder social y pueden ejercerlo atribuyéndose un capital de intervención fantaseado más que real tras 100 años de conductismo y o cognitivo-conductual de primera-segunda-tercera generación

Resultado actual de todo lo previo:

-Impacto real de todas estas tendencias “Muy, muy limitada para cambiar aspectos sociales de gran calado".

-Y sin embargo siguen con sus proyectos salvíficos a veces grandilocuentes y hasta megalomaníacos.

-Efecto real: Generar polémicas, atraer públicos ávidos de lo inmediato y alejar a las personas de otras actividades que sí que podrían mejorar más las condiciones desfavorables (pero no de manera salvífica).

Esas actividades "alternativas a estos aspectos salvíficos" están en el campo de la política, aspecto ya señalado hace siglos por Aristóteles. 

Que estas propuestas psicológicas puedan insertarse en las actividades políticas son viables, pero también recordando que no todos los psicólog@s del mismo enfoque teórico van a tener las mismas concepciones ideológicas.

Habitualmente, por ejemplo, se suele presentar lo conductual como ligado a posiciones progresistas e izquierdistas, cuando la realidad es que el propio Skinner se posicionó más en una actitud liberal de centro o derecha moderada (para algún anarco liberal); y otros muchos conductistas presentan diversidad de ideologías hasta contrapuestas. "Unificar" todo esto es más ilusorio que real. 

Para algunos incluso la psicología en conjunto es una expresión neoliberal poniendo el acento de los problemas en averías o fallas del sujeto concreto más que en sus condiciones de vida ejerciendo un poder de "ocultación y canalización" de esos malestares.

Y para otros la psicología debe denunciar las condiciones socioculturales perpetuanes del malestar emocional de las personas sin que esto encuentre una canalización fuerte de influencia (salvo quizás en la psicología feminista ligada al género) sin que esto tampoco se traslade en acciones de gran calado social o lo haga a cuenta gotas y con vaivenes en función de intereses políticos del momento.

 

Dicho de manera resumida: Sin la actividad política las diversas y variopintas propuestas psicológicas de "cambiar  o mejorar el mundo" son fantasías de sillón.

 

Si tú como psicólog@ estás interesado en mejorar las condiciones de vida de las personas tienes varias opciones;

-Dedicarte a la investigación y como repercute-se usa en aplicaciones psicosociales concretas.  Y/o…

-Dedicarte a la práctica aplicada de la psicología en el ámbito educativo, organizacional, laboral o clínico y ayudar a los colectivos relacionados con estos ámbitos (o hacerlo mediante organizaciones no gubernamentales tipo ONG, religiosas, etc.)

-Articular todo lo anterior con actividades políticas. 

-Eso sí, recuerda como les decían a los emperadores, cuando entraban triunfantes en Roma, “que solo eres humano” y no un semidios en la tierra. 

 

 

domingo, 25 de mayo de 2025

DEBATE SIMULADO POR IA ENTRE STEVEN HAYES Y BERNARD GUERIN SOBRE LA MEJOR MANERA DE ENTENDER LA CONDUCTA Y MEJORAR EL SUFRIMIENTO HUMANO (Ruiz Sánchez, 2025)

 




A continuación, presento un debate imaginado entre Steven C. Hayes (autor de Sal de tu mente, entra en tu vida y creador de la Terapia de Aceptación y Compromiso, ACT) y Bernard Guerin (autor de Reimagining Therapy through Social Contextual Analyses) sobre la mejor manera de entender el comportamiento humano y aliviar el sufrimiento psicológico. Este intercambio es directo entre ambos, sin moderador y sin necesidad de llegar a un acuerdo, reflejando fielmente las posturas que ambos sostienen en sus respectivas obras.


Steven Hayes:
Bernard, desde ACT entendemos que mucho del sufrimiento humano proviene del modo en que nuestra mente verbal intenta controlar la experiencia interna. El lenguaje, esa herramienta tan poderosa, nos lleva a evitar lo que sentimos y pensamos, lo que paradójicamente intensifica el sufrimiento. Nosotros proponemos un enfoque centrado en la aceptación, la defusión y el compromiso con los valores personales para cambiar la relación que tenemos con nuestras experiencias internas

Bernard Guerin:
Steven, lo que planteas tiene valor, pero sigues asumiendo que el problema está dentro del individuo. El sufrimiento humano no se origina en pensamientos que deben observarse con distancia, sino en situaciones sociales restrictivas y opresivas. Las conductas llamadas “trastornos mentales” son respuestas adaptativas a contextos de vida limitantes. Lo que necesitamos no es cambiar la forma en que las personas piensan sobre su dolor, sino cambiar las condiciones sociales que lo generan

Hayes:
Pero el sufrimiento existe incluso en contextos sociales favorables. No es necesario tener un trauma social para experimentar ansiedad o desesperación. El dolor humano es universal y en gran parte inevitable. Lo que proponemos no es resignación, sino una manera activa de comprometerse con una vida significativa, incluso en presencia de ese dolor

Guerin:
El dolor no surge en el vacío. Incluso tu ejemplo de la lucha interna tiene un contexto social: ¿por qué la persona se ve obligada a luchar consigo misma? Porque su contexto le ha enseñado que ciertos pensamientos o emociones no son aceptables. La psicología, como disciplina, ha fracasado en su intento de explicar el comportamiento humano porque ha intentado localizar las causas “dentro” del individuo en lugar de estudiar los sistemas de opresión, desigualdad, exclusión y normas culturales que configuran la conducta

Hayes:
No niego que los contextos importen. De hecho, ACT nace dentro del análisis de conducta y la teoría contextual del lenguaje (RFT). Pero no puedes simplemente cambiar la sociedad para aliviar el sufrimiento individual, especialmente cuando muchas personas no tienen control sobre esos cambios. ACT empodera a las personas para actuar en función de lo que realmente importa, incluso cuando las circunstancias no cambian

Guerin:
Y sin embargo, muchas personas fracasan en esa empresa porque la terapia ignora su situación vital: precariedad laboral, racismo, violencia estructural, aislamiento. Tú puedes enseñarles a aceptar, pero si su entorno sigue siendo hostil, lo que haces es adaptarlos a una situación inaceptable. Yo propongo una “terapia sin terapeuta único”, una red de apoyo social que actúe sobre los contextos reales de vida

Hayes:
Tu propuesta es valiosa, pero también es idealista. No siempre es posible cambiar el entorno de una persona. A veces, lo único que queda por hacer es cambiar la forma en que uno se relaciona con sus pensamientos, emociones y valores, y desde ahí actuar.

Guerin:
Idealista sería pensar que podemos arreglar el sufrimiento ignorando su raíz social. Las “técnicas” de terapia pueden producir alivio, sí, pero sin una transformación del entorno, ese alivio es superficial y transitorio. Si queremos una psicología verdaderamente humana, debemos abandonar la ilusión de que el sufrimiento es un fenómeno interno a gestionar con ejercicios de lenguaje.


Steven Hayes:
Bernard, el lenguaje no es solo una herramienta para describir el mundo, sino un sistema de relaciones arbitrarias que transforman funciones psicológicas. Eso es lo que propone la Teoría del Marco Relacional (RFT): que aprendemos a relacionar estímulos de forma arbitraria, y esto crea una red compleja de significados que puede generar dolor. No es el contenido de los pensamientos lo que duele, sino cómo nos relacionamos con ellos, porque tienen funciones adquiridas a través de relaciones relacionales derivadas

Bernard Guerin:
Y ahí es donde yo discrepo profundamente. Lo que ustedes llaman “funciones relacionales arbitrarias” en realidad son estrategias verbales moldeadas por la audiencia social. No hay “función transformada” que pueda entenderse sin el contexto social en que se usa el lenguaje. El lenguaje no se aprende en el vacío ni mediante combinaciones internas, sino en la interacción con otros, regulada por reforzadores sociales, castigos, silencios, exclusiones. Es decir, es conducta verbal pública que solo tiene sentido dentro de una comunidad discursiva

Hayes:
La RFT no niega el contexto. De hecho, se desarrolla desde la tradición conductual. Pero lo que tú llamas “la audiencia” no explica, por ejemplo, por qué una persona puede sufrir con un pensamiento aun cuando nadie lo escucha. Las relaciones derivadas permiten que una palabra o pensamiento active funciones dolorosas sin que el estímulo original esté presente. No necesitas la audiencia presente para que el dolor ocurra. Eso requiere una teoría funcional del lenguaje más allá del ambiente físico inmediato

Guerin:
Steven, eso ocurre porque la persona ha sido entrenada socialmente para autoformularse discursos en ausencia de otros. El “pensamiento privado” es simplemente lenguaje internalizado, conducta moldeada por el castigo social. Cuando una persona se autocritica mentalmente, no lo hace por una propiedad relacional abstracta, sino porque fue castigada previamente al expresarse abiertamente. La mente no es un teatro de símbolos, es una caja de resonancia de relaciones sociales vividas

Hayes:
Pero si reduces el lenguaje a lo social visible, te pierdes la capacidad de explicar fenómenos complejos como la metáfora, la generalización simbólica o el dolor transformado por eventos verbales. La RFT permite predecir y modificar cómo las personas responden a sus propios pensamientos —no solo por lo que otros hicieron con ellos, sino por la estructura relacional misma de su red verbal. ¿Por qué “fracaso” genera ansiedad incluso cuando no hay público? Porque ya está enlazado a funciones aversivas que se disparan automáticamente.

Guerin:
Esa “estructura relacional” es una metáfora peligrosa si la despegas de la historia de reforzamiento. Las palabras como “fracaso” no tienen poder por sí solas: tienen poder porque la sociedad castiga, margina y humilla al “fracasado”. El pensamiento duele porque la persona sabe cómo será tratado si los demás escucharan lo que piensa. No es un sistema simbólico universal: es un aprendizaje cultural, específico, material. Sin contexto, no hay función. No hay “mente”, hay historia.

Hayes:
Comprendo tu postura, y en parte la comparto. Pero la ventaja de RFT es que nos permite intervenir con precisión en cómo una persona se relaciona con sus pensamientos aquí y ahora, independientemente de si los otros están presentes. Y desde esa perspectiva, podemos aliviar sufrimiento sin esperar a cambiar toda la estructura social. ¿Es lo ideal? No. ¿Pero es práctico y empíricamente útil? Sí.

Guerin:
El peligro de esa “precisión” es que legitima el sufrimiento estructural como inevitable. Cambiar cómo alguien se relaciona con la palabra “pobre” no altera el hecho de que no pueda pagar la renta. Y lo que es peor, lo hace a veces más tolerable. Lo que yo propongo es una terapia que no embellezca la prisión interna, sino que ayude a reconstruir las paredes sociales que la sostienen. Eso incluye, por supuesto, el lenguaje, pero no como red interna, sino como reflejo vivo de relaciones de poder, exclusión y pertenencia.

Steven Hayes:
Bernard, en ACT hablamos mucho sobre valores elegidos libremente. Son direcciones de vida que la persona considera importantes y que le dan sentido, más allá del control de eventos externos. Lo que buscamos en terapia es que la persona identifique esos valores y los use como brújula, como guía para comprometerse con acciones que la acerquen a una vida significativa, aunque haya dolor en el camino

Bernard Guerin:
Y ahí veo un riesgo serio: ¿quién define lo que es “libremente elegido”? Lo que tú llamas “valores personales” son, en gran medida, productos internalizados de normas sociales dominantes. Elegir ser una “persona productiva” o “independiente” muchas veces refleja el adoctrinamiento capitalista, no una elección libre. En lugar de ayudar a la persona a adaptarse a valores hegemónicos, ¿por qué no ayudamos a cuestionarlos y cambiar las estructuras que los imponen?

Hayes:
Claro que hay influencias sociales. Pero precisamente por eso insistimos en distinguir entre valores y metas impuestas. Los valores en ACT no son cosas que “debes lograr”, sino maneras de estar en el mundo que conectan con lo que te importa en lo profundo. La persona explora si esos valores realmente resuenan con ella, incluso si desafían a su cultura, familia o entorno. ACT no busca conformismo, sino autenticidad.

Guerin:
Steven, ¿y si esa “autenticidad” no existe en términos individuales? Lo que tú llamas “conectar con lo profundo” es una narrativa construida desde el individualismo liberal. En muchas culturas —y en muchas situaciones sociales marginalizadas— la identidad no es individual, sino relacional. Los valores surgen del grupo, del lugar en el que vives, y del lenguaje que te es permitido usar. Si no consideras eso, estarás llevando a las personas a una trampa ética: la de culparse por no “encontrar sus valores” mientras el sistema les impide vivirlos

Hayes:
No me opongo a que el terapeuta considere el contexto cultural o social. Pero debemos trabajar con lo que está disponible en el presente. Si alguien se siente atrapado por sus circunstancias, no podemos esperar a cambiar el sistema para que empiece a actuar con propósito. Podemos ayudarle a encontrar pequeñas maneras de vivir con dignidad, aunque el entorno sea injusto. Eso también es resistencia.

Guerin:
Resistir no es aceptar pequeñas concesiones. Es cuestionar los marcos. El problema no es que las personas no actúen con propósito, sino que el propósito que se les permite tener ya está predefinido por las estructuras de poder. Si tú enseñas a una mujer que su valor es “ser fuerte” en una situación de violencia doméstica, sin cambiar las condiciones que la oprimen, refuerzas su sumisión. La ética no es enseñar aceptación, sino organizar comunidad y acción colectiva.

Hayes:
Pero incluso en esos casos, aceptar que uno está sufriendo, y comprometerse con lo que importa, puede abrir caminos de acción más eficaces que la lucha interna o la autoanulación. ACT no niega la necesidad de cambiar estructuras, pero se enfoca en cómo la persona puede actuar de forma flexible y significativa hoy mismo, con lo que tiene. No es resignación; es poder en lo inmediato.

Guerin:
Y ese “poder” sigue siendo individual. El sufrimiento humano no se resolverá con estrategias psicológicas que ignoran las desigualdades estructurales. La terapia del futuro, si quiere ser ética, tiene que dejar de ser un espacio privado de regulación emocional y convertirse en un espacio público de articulación política, donde lo terapéutico sea ayudar a transformar contextos, no solo tolerarlos mejor.

Bernard Guerin:
Steven, tu enfoque, aunque compasivo, reproduce la figura del terapeuta como técnico del cambio individual. La idea de que una persona debe “aceptar su malestar” y “actuar según sus valores” termina trasladando la responsabilidad del sufrimiento a la persona misma. ¿Qué pasa si no mejora? ¿Si sigue deprimida, ansiosa, sintiéndose fracasada? En muchos casos, ACT corre el riesgo de decir: “No estás comprometido lo suficiente”, “No aceptas del todo”. Eso, en términos claros, es culpabilización terapéutica

Steven Hayes:
Eso sería un mal uso del modelo. En ACT dejamos muy claro que el terapeuta no es juez del progreso de la persona. Lo que hacemos es acompañarla para que tenga más flexibilidad en su conducta, más opciones. Y nunca culpamos al paciente por estar atascado; de hecho, partimos de la idea de que el sufrimiento es normal, no patológico. Nuestro rol no es forzar, sino ofrecer nuevas formas de relacionarse con la experiencia. Lo contrario a la culpabilización.

Guerin:
Pero el encuadre ya está ahí. Si el terapeuta no considera las condiciones estructurales del paciente —por ejemplo, si vive en pobreza, si es migrante, si fue racializado o violentado—, entonces el mensaje implícito sigue siendo: “Tú debes cambiar cómo te relacionas con eso”. No es explícitamente culpa, pero sí es una forma de decirle: “El problema está en tu respuesta, no en tu mundo”. ¿Y quién es el experto que decide eso? Tú, el terapeuta. Entonces, el poder simbólico sigue en tus manos.

Hayes:
Yo también desconfío del poder unilateral del terapeuta. Por eso en ACT el proceso es colaborativo. El terapeuta no tiene “la verdad” sobre el paciente. Pero si esperamos a que cambien las estructuras, dejamos a las personas atrapadas. Acompañar no es culpar. Acompañar es decir: “Aunque todo esto esté sucediendo, aún puedes elegir moverte hacia lo que importa”. Eso es empoderamiento. Negar esa posibilidad por no tocar lo estructural es otra forma de abandono.

Guerin:
No se trata de esperar al cambio social, sino de integrarlo al proceso terapéutico. El terapeuta no debe ser solo un espejo para que el paciente vea su interior. Debe ser una figura relacional que conecte a la persona con recursos, con comunidad, con acción colectiva. La terapia, si quiere dejar de ser elitista y adaptativa, debe ir más allá del consultorio. Debe convertirse en un espacio donde se cuestionen no solo los pensamientos, sino también las condiciones que los producen.

Hayes:
Y eso es valioso, sin duda. Pero hay personas que no tienen comunidad disponible, ni acceso a acción colectiva inmediata. ¿Qué hacemos con ellas? ¿Las dejamos sin herramientas hasta que llegue la revolución? No. Les ofrecemos lo que podemos hoy: una forma de dejar de pelearse consigo mismas, de tomar una dirección vital, aunque sea en medio de la tormenta. El terapeuta es un facilitador de acción significativa, incluso en la adversidad.

Guerin:
Lo que te señalo es que esa “acción significativa” no puede definirse sin un marco ético-político claro. Si ayudas a una persona a adaptarse mejor a una situación injusta sin nombrarla, sin contextualizarla, estás reforzando su sumisión, aunque sea con la mejor intención. El terapeuta, en este siglo, ya no puede ser un ingeniero del yo. Tiene que ser un agente crítico, alguien que actúe no solo sobre el individuo, sino junto con el individuo, para transformar su mundo.

Hayes:
Estoy de acuerdo en que el cambio social es importante, y que el terapeuta debe ser sensible a las dinámicas de opresión. Pero cuidado con hacer de la terapia una arena ideológica en lugar de experiencial. ACT no ofrece respuestas cerradas, sino procesos. No dirigimos vidas; acompañamos vidas. Y en ese acompañamiento, creemos que hay espacio tanto para la transformación interior como para la acción en el mundo.

Steven C. Hayes:
Bernard, reconozco la importancia de lo que traes: vivimos en un mundo marcado por injusticias estructurales que moldean el sufrimiento. Pero frente a ese dolor, la persona también necesita herramientas internas para no quedar paralizada. ACT no es resignación, es libertad: la libertad de decir “sí” a lo que importa, incluso mientras lo injusto continúa. Cambiar nuestras relaciones con los pensamientos, abrirnos al malestar y actuar con propósito no niega la necesidad de transformación social. Simplemente no la condiciona. Acompañamos a las personas a vivir, aquí y ahora, con dignidad, sentido y acción.

Bernard Guerin:
Steven, mi preocupación es que tu enfoque, sin quererlo, puede legitimar el sufrimiento estructural como inevitable y desplazar el foco de lo social hacia lo personal. Las personas no solo sufren por cómo piensan: sufren porque viven en contextos excluyentes, burocráticos, coloniales y desiguales. Reimaginar la terapia implica poner el acento en lo que rodea a las personas, no en lo que llevan dentro. La salud mental no es un asunto del yo individual, sino del mundo compartido. Mi propuesta es que el terapeuta deje de ser un gestor del cambio interno y se convierta en un aliado en la transformación contextual, relacional y comunitaria.

Hayes:
Tal vez nuestras trayectorias difieren porque nos hacemos preguntas distintas. Tú preguntas: ¿Por qué sufren las personas? Yo pregunto: ¿Cómo pueden vivir mejor, a pesar del sufrimiento? Y quizás ambas preguntas son necesarias.

Guerin:
Estoy de acuerdo: sin ambas preguntas, cualquier práctica se queda incompleta. Lo importante es no olvidar que una vida con sentido no se construye solo desde adentro, ni una sociedad justa se construye solo desde la introspección.


Reflexión final:
Este intercambio entre Hayes y Guerin nos recuerda que abordar el sufrimiento humano requiere una mirada que combine lo subjetivo con lo estructural, lo experiencial con lo social. Mientras uno propone abrir espacio a la aceptación y la acción valiosa desde el interior de la experiencia, el otro exige una transformación activa del entorno que produce ese sufrimiento. No se trata de elegir entre ambas miradas, sino de entender que la complejidad del malestar humano exige respuestas a múltiples niveles. La verdadera ética terapéutica podría surgir, quizás, de la colaboración entre estos mundos.

NOTA PROPIA: LA IA TRATA SIEMPRE DE MODERAR DIFERENTES PERSPECTIVAS, LO QUE NO SIEMPRE SUCEDE EN LA REALIDAD COTIDIANA ***


jueves, 22 de mayo de 2025

DEBATE SIMULADO POR IA ENTRE STEPHEN PEPPER Y ORTEGA Y GASSET SOBRE LA MEJOR MANERA DE VIVIR, LOS VALORES, LA PSICOTERAPIA Y SU APLICACIÓN A UN CASO HIPOTÉTICO (Ruiz, 2025)

 


Debate filosófico entre Stephen Pepper y José Ortega y Gasset

Moderador:

Bienvenidos al diálogo filosófico entre el profesor Stephen C. Pepper, autor de World Hypotheses, y el pensador español José Ortega y Gasset, autor de Meditaciones del Quijote y La rebelión de las masas. Hoy debatiremos sobre la mejor actitud ante la vida, las relaciones sociales y los valores. Profesor Pepper, ¿quiere usted comenzar?

 

Stephen C. Pepper:

Gracias. Sostengo que toda interpretación coherente de la vida parte de lo que llamo una cosmovisión o world hypothesis. Las personas actúan, eligen y valoran dentro de marcos metafísicos implícitos, como el organicismo, el mecanicismo, el contextualismo o el formismo. En mi opinión, el contextualismo, que ve la vida como una serie de actos históricos situados, es el que mejor capta la naturaleza fluida de la existencia.

 

Vivir bien, entonces, no es adherirse a normas fijas, sino actuar con sentido en un contexto concreto, manteniéndose flexible ante los cambios y atento a las consecuencias. La vida no es un absoluto, sino una obra dramática en constante evolución, que debe ser evaluada por su eficacia contextual.

 

José Ortega y Gasset:

Interesante, profesor Pepper, pero creo que su énfasis en el contexto carece de una dimensión radicalmente personal. Yo he dicho que “yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. Pero esa circunstancia no es solo contexto, sino mundo vivido, cargado de sentido histórico y vital. El hombre no es solo un agente situado, sino un proyecto que se elige a sí mismo.

 

La vida no debe vivirse como una adaptación al flujo, sino como un drama de autenticidad: asumir la propia vocación y elevarse por encima del automatismo social. Y en las relaciones humanas, lo esencial no es la adecuación contextual, sino la lealtad a la misión personal del otro, su proyecto vital.

 

Pepper:

Pero don José, si cada quien vive como un proyecto subjetivo, ¿no caemos en un idealismo heroico desconectado de la realidad social? El contextualismo no niega la persona, sino que la ancla. Nos invita a ver cómo nuestras decisiones cobran sentido dentro de un entramado de relaciones cambiantes. Los valores, por tanto, son instrumentales y evaluables por su fecundidad en el momento.

 

Ortega:

Ah, pero eso es confundir el valor con la utilidad. El valor auténtico no es pragmático, sino existencial. No se mide por su rendimiento, sino por su capacidad de responder a la pregunta: ¿quién soy yo llamado a ser? La vida no se reduce a lo eficaz, sino a lo noble y elevado. Yo propongo una “aristocracia espiritual”, donde cada quien asuma su deber de ser excelente según su vocación.

 

Pepper:

Y sin embargo, esa aristocracia puede derivar en una forma elitista de la vida, mientras que el contextualismo permite valorar distintas formas de vida en su propio marco. La buena vida no es una cima, sino una navegación hábil en medio de incertidumbre. Las relaciones humanas, por tanto, deben ser vistas como interacciones situadas, no como destinos trascendentales.

 

Ortega:

Pero sin una orientación trascendente, la vida se vuelve mera adaptación. La persona necesita una altura desde donde mirar su existencia. No basta con navegar bien: hay que saber hacia dónde se navega. De lo contrario, las relaciones se degradan en conveniencia, y los valores en simples normas de oportunidad.

 

Moderador:

Ambos han ofrecido poderosas visiones. ¿Podrían resumir su propuesta para una vida bien vivida?

 

Pepper:

La vida buena es contextualmente sensible, creativa y adaptativa. Es la capacidad de responder inteligentemente a las situaciones, sin aferrarse a absolutos, cultivando la eficacia dramática en el momento presente.

Ortega:

La vida buena es fidelidad al proyecto personal, elevado por el esfuerzo de superación. Es asumir la responsabilidad de ser quien uno debe llegar a ser, en diálogo con el mundo, pero sin disolverse en él.

 

Aplicación de estas posturas a la psicoterapia

1. ¿Qué es el sufrimiento psicológico?

Pepper (contextualismo):

El sufrimiento surge de una rigidez en la respuesta al entorno, de patrones que no funcionan en el contexto actual. Se trata de falta de flexibilidad funcional.

La terapia se enfoca en identificar patrones ineficaces y promover respuestas más adaptativas.

 

Ortega y Gasset (existencialismo vital):

El sufrimiento es un desencuentro con el proyecto personal auténtico. Es señal de una vida que se vive por debajo de sus posibilidades o contra su vocación.

La terapia busca reconectar con la vocación personal y elevar la vida hacia su sentido.

 

2. ¿Relación terapéutica?

Pepper:

Intervención contextualizada, flexible, enfocada en observar y moldear patrones en el aquí y ahora.

 

Ortega:

Encuentro personal profundo, donde el terapeuta ayuda a la persona a recuperar su altura vital.

 

3. ¿Cambio terapéutico?

Pepper:

Cambio = mayor eficacia adaptativa contextual.

 

Ortega:

Cambio = asumir un proyecto de vida elevado, reconectar con el deber de ser uno mismo.

 

Ejemplo clínico paralelo: Ana, 37 años, crisis existencial y ansiedad laboral

Contexto del caso:

Ana es una mujer de 37 años, ingeniera informática, que acude a consulta por ansiedad, insomnio y desmotivación. Lleva diez años en una empresa tecnológica donde ha ido ascendiendo, pero siente que su trabajo no tiene sentido. Se pregunta si ha desperdiciado su vida, pero teme dejarlo por razones económicas. Siente que está atrapada.

 

Intervención desde la visión de Pepper (contextualismo funcional):

Evaluación:

 

Se identifican patrones de evitación experiencial (no confrontar la insatisfacción).

 

Se analiza el contexto: expectativas familiares, entorno de trabajo competitivo, falta de fuentes alternativas de refuerzo.

 

Hipótesis:

 

Ana mantiene conductas de permanencia laboral porque se ajustaron al contexto pasado, pero ya no son funcionales.

 

Intervenciones:

 

Ejercicios de clarificación de valores actuales (¿qué importa hoy, no hace 10 años?).

Metáforas como el hombre en el hoyo (seguir cavando no ayuda) y el autobús de los pensamientos (seguir manejando aunque los pensamientos insistan).

 

Exposición conductual a conversaciones difíciles (por ejemplo, hablar con su pareja sobre cambiar de carrera).

 

Mindfulness para observar su experiencia sin fusionarse con pensamientos de "fracaso".

 

Objetivo terapéutico:

 

Aumentar la flexibilidad para actuar con sentido en el contexto actual, aunque haya malestar. No busca “el sentido de la vida”, sino conductas coherentes con valores en esta situación.

 

Intervención desde la visión de Ortega y Gasset (proyecto vital):

Evaluación:

 

Se explora la historia de Ana como un drama existencial: ¿cómo ha ido dejando de vivir su vida elegida? ¿Dónde se perdió?

 

Se atiende a su lenguaje: “he desperdiciado mi vida”, “me traicioné”.

 

Hipótesis:

 

Ana ha vivido una vida impuesta por expectativas externas, no por su vocación. El malestar no es patológico, sino trágico-existencial: su vida ha perdido autenticidad.

 

Intervenciones:

 

Diálogo profundo sobre los grandes momentos biográficos donde eligió por miedo o comodidad.

 

Lecturas de fragmentos de Ortega (El espectador, El tema de nuestro tiempo) para resonar con su situación.

 

Invitación a escribir un “manifiesto vital”: ¿qué tipo de persona desea llegar a ser?

 

Reflexión sobre la nobleza de asumir el riesgo vital: no todo se puede prever, pero uno puede vivir desde lo más alto de sí.

 

Objetivo terapéutico:

 

Recuperar su misión personal, atreviéndose a una vida más elevada, aunque implique rupturas. La meta es la fidelidad a su ser auténtico, no la eficacia conductual.

 

Síntesis final

Pepper ayuda a Ana a actuar mejor dentro del contexto.

 

Ortega le pide que trascienda el contexto y reconfigure su vida desde la fidelidad a sí misma.

 

Ambas visiones pueden dialogar: se puede trabajar desde el presente contextual, sin renunciar a la aspiración de una vida auténtica. Una terapia integradora puede comenzar como contextual (mejorar eficacia aquí y ahora) y profundizar como existencial (revisar hacia dónde se dirige la vida).


domingo, 18 de mayo de 2025

MATRIX FOCALIZADA EN LA COMPASIÓN (Original de Martínez, 2020. Adaptación-Ruiz Sánchez, 2025)

 


Artículo de referencia-descargar AQUÍ  El artículo describe como integrar los aportes de la terapia focalizada en la compasión de Gilbert con la Terapia de Aceptación y Compromiso; en este caso usando la Matrix; aunque en el mismo se describren otras potenciales integraciones

lunes, 21 de abril de 2025

TRES PERSPECTIVAS CONDUCTUALES CONTEXTUALES SOBRE "LA SALUD MENTAL Y SU MEJORA" (PERDÓN POR EL TÉRMINO) EN LA POBLACIÓN EN GENERAL SEGÚN LA IA (Ruiz, 2025)

  Usando otra vez el chatgpt con tres textos de referencia le planteo dos cuestiones.



Aquí la primera y sus respuestas:

Usando como referencia estros tres textos: (1) Desde el conductismo radical: SKINNER-Science and human behavior, 1959; (2) Desde el contextualismo funcional: HAYES, STROLSAHL. WILSON-Acceptance and Commitment Therapy, First Edition: The Process and Practice of Mindful Change, 2004 y (3) Desde el contextualismo social: Guerin-Reimagining Therapy through Social Contextual Analyses....

Haz un análisis y comparativa de las causas y mejora del sufrimiento emocional de las personas (CUESTIÓN Nº 1):

Aquí tienes un análisis comparativo de las causas y las propuestas de mejora del sufrimiento emocional desde tres marcos distintos del análisis de la conducta y la psicología contextual:


🔹 1. Desde el Conductismo Radical (Skinner, 1959)

Causas del sufrimiento emocional:

  • El sufrimiento emocional es el resultado de contingencias de reforzamiento aversivas o poco efectivas.

  • Las emociones no son entidades internas causales, sino conductas privadas moldeadas por el ambiente.

  • Cuando una persona sufre, suele estar atrapada en patrones conductuales que fueron funcionales en algún contexto pero que ahora no están reforzados adecuadamente o incluso se castigan.

Propuesta de mejora:

  • Modificación del ambiente y las contingencias que mantienen las conductas disfuncionales.

  • Diseño de nuevas condiciones ambientales para reforzar conductas adaptativas.

  • En lugar de buscar cambiar el estado interno, se busca moldear la conducta observable, incluyendo la conducta verbal privada.

  • Terapias conductuales tradicionales se basan en análisis funcional y reforzamiento diferencial.


🔹 2. Desde el Contextualismo Funcional (Hayes, Strosahl & Wilson, 2004 - ACT)

Causas del sufrimiento emocional:

  • El sufrimiento surge de la fusión cognitiva, la evitación experiencial y la dominancia del lenguaje en contextos donde no es útil.

  • El problema no es tener emociones negativas, sino la relación que la persona tiene con sus eventos privados.

  • La rigidez psicológica, al evitar dolor a corto plazo, impide vivir una vida valiosa a largo plazo.

Propuesta de mejora:

  • Desarrollo de flexibilidad psicológica, mediante:

    • Defusión: cambiar la relación con los pensamientos.

    • Aceptación: abrirse a la experiencia emocional sin luchar contra ella.

    • Presencia: atención plena al momento actual.

    • Yo como contexto: distanciamiento del contenido del yo.

    • Valores: clarificar lo que es importante.

    • Acción comprometida: actuar en dirección a los valores.

  • El sufrimiento disminuye no al eliminar emociones negativas, sino al aumentar la capacidad de tenerlas sin ser controlado por ellas.


🔹 3. Desde el Contextualismo Social (Guerin, 2021)

Causas del sufrimiento emocional:

  • El sufrimiento no puede entenderse sin su contexto social e histórico.

  • Las emociones dolorosas y los problemas psicológicos muchas veces tienen origen en estructuras sociales opresivas, normas culturales punitivas y roles sociales restrictivos.

  • Los discursos terapéuticos centrados en lo individual ignoran el poder del entorno social como generador del malestar.

Propuesta de mejora:

  • Recontextualizar el malestar emocional dentro de una red más amplia de relaciones sociales, prácticas culturales y estructuras de poder.

  • La mejora requiere intervenciones sociales, no solo individuales:

    • Cambiar roles sociales dañinos.

    • Crear redes de apoyo y solidaridad.

    • Visibilizar las fuentes sociales del sufrimiento.

  • En lugar de “adaptar al individuo”, se busca modificar el entorno social que lo hace sufrir.


🧩 Comparativa General

DimensiónConductismo Radical (Skinner)Contextualismo Funcional (ACT)Contextualismo Social (Guerin)
Causa del sufrimientoContingencias aversivas y mal reforzadasFusión cognitiva y evitación experiencialPrácticas sociales opresivas y estructuras culturales
Foco de análisisConducta individual observable y privadaRelación funcional con eventos privados (lenguaje, emoción, etc.)Relaciones sociales y contextos macro
Meta terapéuticaReorganizar contingencias para moldear conductaPromover flexibilidad psicológica y valoresTransformar condiciones sociales e identificar opresión
Rol del lenguajeConducta verbal como otra forma de conducta operanteFuente de rigidez psicológica y medio de cambio si se flexibilizaHerramienta de poder, construcción de identidad y control
Cambio propuestoModificación ambiental externaCambio en la relación con el contenido interno y acción valiosaCambio en las estructuras sociales




¿Que potencial plan de salud general se derivaria de cada una de las tres perspectivas para la mejora de la salud mental de la población? (CUESTIÓN Nº 2)

¡Muy buena pregunta! Aquí tienes una propuesta de plan general de salud mental derivado de cada una de las tres perspectivas —cada una coherente con su marco conceptual— con objetivos, estrategias y ejes de intervención poblacional:


🔹 1. Desde el Conductismo Radical (Skinner)

Plan de salud: “Ambientes Saludables para Conductas Saludables”

Objetivo general:
Modificar las contingencias ambientales para promover conductas que favorezcan el bienestar psicológico.

Estrategias principales:

  • Diseño de entornos reforzantes (escuelas, lugares de trabajo, espacios comunitarios).

  • Capacitación en análisis funcional de la conducta para profesionales y cuidadores.

  • Reforzamiento positivo sistemático de comportamientos prosociales y de autocuidado.

  • Sistemas de economía de fichas o incentivos para promover hábitos saludables.

Ejes de intervención poblacional:

  • Educación: formación en habilidades sociales, resolución de problemas, autocontrol.

  • Laboral: rediseño de contingencias laborales para aumentar motivación y sentido de logro.

  • Familiar: entrenamientos parentales basados en reforzamiento diferencial.

Lema posible: “Cambiemos el ambiente, mejoremos la conducta”.


🔹 2. Desde el Contextualismo Funcional (ACT - Hayes et al.)

Plan de salud: “Vivir con Sentido”

Objetivo general:
Aumentar la flexibilidad psicológica de la población como factor protector frente al sufrimiento emocional.

Estrategias principales:

  • Programas públicos de educación emocional basada en mindfulness y valores.

  • Inclusión de la ACT en atención primaria de salud y espacios educativos.

  • Difusión masiva de herramientas de defusión, aceptación y autocompasión.

  • Campañas de comunicación que normalicen el dolor emocional y promuevan vidas con propósito.

Ejes de intervención poblacional:

  • Juventud: talleres de ACT en escuelas y universidades (programas tipo DNA-V o ACT for Youth).

  • Trabajo comunitario: grupos de apoyo basados en procesos de flexibilidad.

  • Clínica pública: entrenamiento de profesionales en ACT para atención primaria.

Lema posible: “Aprender a estar, actuar con sentido”.


🔹 3. Desde el Contextualismo Social (Guerin)

Plan de salud: “Bienestar en Contexto: Cambiando las Condiciones que Duelen”

Objetivo general:
Reducir el sufrimiento emocional abordando sus causas sociales estructurales.

Estrategias principales:

  • Evaluación e intervención sobre prácticas culturales y sociales opresivas.

  • Políticas públicas que combatan la desigualdad, el aislamiento y la precarización de la vida.

  • Fomento de espacios de comunidad, cooperación y cuidado mutuo.

  • Formación de terapeutas y agentes de salud como analistas del contexto social, no solo del individuo.

Ejes de intervención poblacional:

  • Político-social: reforma de políticas de vivienda, trabajo, género y salud con enfoque psicosocial.

  • Educación comunitaria: programas que identifiquen y transformen discursos que generan exclusión.

  • Salud pública: intervenciones grupales basadas en narrativa colectiva, reconstrucción de roles sociales, y visibilización de injusticias.

Lema posible: “Tu malestar tiene historia: transformemos el contexto”.


🧩 Comparación Final de Planes

PerspectivaEnfoque centralTipo de intervenciónNivel de cambio prioritario
Conductismo RadicalReforzamiento y contingenciasConductual-operativoAmbiente inmediato
Contextualismo FuncionalFlexibilidad psicológica y valoresPsicológico-contextualRelación con la experiencia
Contextualismo SocialPrácticas y estructuras socialesSocio-contextual-políticoCondiciones estructurales