Invito al lector a hacer una búsqueda en google o en meta-buscadores
(Pubmed por ejemplo) poniendo en español o en inglés “Psicoterapia Analítica Funcional de Grupo en
Psicosis / Esquizofrenia”. Se encontrará, salvo sorpresa, que el resultado es
nulo, es decir no hay nada al respecto.
Esto se puede deber a múltiples causas, quizás una de ellas es que muchos modelos de tercera generación, casi con la excepción de ACT, se diseñaron inicialmente para una gama concreta de dificultades (por ejemplo la DBT para el trastorno de personalidad y otros problemas de descontrol emocional; FAP para problemas interpersonales de “personalidad” o “neuróticos”, otros modelos para problemas de pareja, niños pequeños, etc.). Y también porque sus autores iniciales, ni la inmensa pléyade de seguidores no lo aplicaron a este tipo de problemática.
Quizás se sume también que la mayoría de las psicosis son tratadas en el ámbito público y no en el privado (de hecho las publicaciones de ACT en Psicosis, y más si son de grupos son desarrolladas en contextos públicos o de colaboración con estos) porque muchas de las personas que presentan estas experiencias suelen presentar escasos recursos económicos (“hipótesis de la deriva social”) como para costearse las sesiones en privada.
Sea como
sea, y se deba o no a estos u otros factores, FAP en Grupo en Psicosis es inexistente hoy
por hoy; a pesar de que otras terapias contextuales inéditas en este campo ya
están haciendo sus propuestas aunque por ahora no reúnan mucha evidencia, como
el caso de la DBT en Psicosis propuesta recientemente por la estado-unidense Maggie
Mullen (2021).
La propuesta que hago aquí de FAP de Grupo es inicialmente especulativa, pero comprobable, y parte nuevamente del campo
psicoanalítico en parte, como la FAP
en general, que no deja de ser una
sinergia de conceptos transferenciales y conductistas radicales, pese a que
muchos les resulte aversivo reconocer tal cosa.
Nuestra propuesta es doble, por un lado retomar y re-elaborar
las concepciones conductuales en torno a las psicosis, en especial de la
esquizofrenia y por otro tomar,
reformulado conductualmente, lo que ofrecen otras terapias de grupos con
evidencias en las Psicosis centradas en las relaciones interpersonales.
Anticipo que para los puristas esto será un sacrilegio a la
pureza del conductismo radical, eso sí, si solo se nutren de lo que provenga de
sus propias filas de nuevo con el argumento de que ellos hacen ciencia y los
otros no. Ellos se atribuyen la pureza el resto, está equivocado, un argumento
un tanto delirante, porque no decirlo.
La FAP de Grupo tal como se ha venido formulando (Hoekstra y
Tsai, 2010) enriquecida con el doble
papel actor/director de los miembros del grupo (Ruiz y Ruiz, 2017) puede tomar
una importante iniciativa en el campo de la psicosis si articula su hipótesis
transdiagnóstica (Ferro y Valero, 2017) de los “problemas de formación de la
experiencia del yo”, a través de las “personalidades pre-psicóticas” (con relaciones de control público/privado “Yo X
supersticiosas o mágicas”) junto a la
elaboración conductual fenomenológica de la esquizofrenia como alteración de la Ipseidad (Pérez
Álvarez, 2012).
Curiosamente, y ante la
miopía de los que solo leen artículos y libros de sus propias filas, hay evidencias
a favor de ciertos modelos psicoanalíticos hispano-finlandeses de grupos en
psicosis que trabajan con las relaciones interpersonales (Alanen,
2003; Alanen, De Chávez, Silver y Martindale, 2008; De Chávez, 2011 y Urlic y De
Chávez, 2019) y que centran la intervención grupal en que sus integrantes tomen conciencia (insghit) de
sus propios problemas en el contexto de grupo con otras personas con estas
experiencias en un contexto de relaciones interpersonales para la formación, problematización y terapia de estas experiencias de la identidad personal.
Su hipótesis de trabajo, muy resumida, es que las experiencias psicóticas es una respuesta
defensiva-evitadora ante adversidades de la vida que amenazan la experiencia de la identidad personal y que en personas
concretas debido a un conjunto de factores, desde su historia personal con
experiencias traumáticas, factores biológicos y respuestas del entorno
socio-familiar más o menos invalidantes
a estas experiencias la hacen más probables. Nótese la afinidad más allá de los
términos empleados (defensas, proyecciones, factores inconscientes, etc.) con
las propuestas conductuales en torno a la formación y problemas de la
experiencia del Yo.
Este modelo que se denomina de Relaciones Especulares plantea
que las personas con experiencias psicóticas suelen tener un “nivel de insight”
personal escaso de sus propios problemas,pero sin embargo son capaces de ver
en los otros “la locura” que no ven en ellos mismos (en los compañeros del grupo). Es
decir tienen dificultades para tactar verbalmente sus propios problemas pero son
capaces de tactarlos en otros. Además suelen disociar sus propias experiencias
(defensivamente, evitadoramente) para (véase con esa función) evitar en lo
posible la angustia o sufrimiento percatado además de construir delirantemente
un mundo más ventajoso para ellos; al menos inicialmente.
Mediante la terapia grupal psicodinámica centrada en el “mirroring”
(relaciones especulares, inicialmente propuestas por Foulkes) y recorriendo una
serie de etapas (moldeamiento conductual grupal diríamos conductualmente) los miembros
del grupo pueden llegar a percatarse mejor (“auto-discriminar”) de su propia disfuncionalidad
conductual y ofrecer alternativas a la
misma precisamente desde la mirada/observaciones de sus compañeros, sesión a
sesión, en un ambiente de respeto sin invalidación del relato de las propias
experiencias psicóticas compartidas donde experimentan que no son tan únicas y
especiales (universalidad-normalización) ayudándose unos a otros (altruismo) en
ese contexto donde pueden hablar de lo evitado sin castigo (catarsis o
audiencia no punitiva).
Todas estas aportaciones, para el autor de estas líneas relevantes,
pueden ser re-conceptualizadas desde la FAP de Grupo. Abajo se ofrece un esbozo de esta propuesta y que si se reúnen
las contingencias necesarias se puede llevar a cabo y comprobar su alcance. En
futuras entradas se irá desarrollando con más detenimiento esta propuesta.
Bibliografía:
Alanen, Y.O. (2003). La
Esquizofrenia. Sus orígenes y su tratamiento adaptado a las necesidades del
paciente. Fundación para la Investigación y Tratamiento de la Esquizofrenia
y otras Psicosis. AEN
Alanen, Y.O; De Chavez, M.G.; Silver, A-L y Martindale, B. (2008). Abordajes Psicoterapéuticos de las Psicosis
Esquizofrénicas. Historia, desarrollo y perspectivas. Fundación para la Investigación y Tratamiento
de la Esquizofrenia y otras Psicosis. AEN
De Chávez, M.G. (2011). 25 Años de Psicoterapia de Grupo En La Psicosis. Fundación para la Investigación y Tratamiento de la Esquizofrenia y otras Psicosis. AEN
Ferro, R., y Valero, L. (2017). Hipótesis transdiagnóstica desde la Psicoterapia Analítica Funcional:
la formación del yo y sus problemas. Revista Brasileira de Terapia
Comportamental e Cognitiva. Vol. XIX. n 3, pp.145-165
Hoekstra, R.; and Tsai, M. (2010). FAP for interpersonal Process Group. In: Kanter, J.W; Tsai, M., and
Kohlenberg, R.J. The Practice of Functional Analytic
Psychotherapy. Springer
Mullen, M.
(2021). The Dialectical Behavior
Therapy.Skills Workbook for Psychosis. New Harbinger Publications Inc.
Pérez Álvarez, M. (2012). Razones
para Considerar la Esquizofrenia Antes un Trastorno de la Persona que del
Cerebro. Curso de Actualización en Psiquiatría. De lo Categorial a lo
Dimensional: Problemas Actuales del Diagnostico Psiquiátrico. Fundación Castilla del Pino. Málaga
Ruiz, J.J y Ruiz Miñarro, I. (coordinadores). (2017). Psicoterapia Analítica Funcional de Grupo.
Edual. Almería
Urlic, I.; y De Chávez, M.G . (2019). Terapia de Grupo en las Psicosis. Fundación para la Investigación y
Tratamiento de la Esquizofrenia y otras Psicosis. AEN