El “JALEO” CONTEXTUAL (Ruiz, 2020)
Todos sabemos que la psicología es una ciencia o una disciplina fragmentada
en diversas orientaciones o perspectivas, siendo en la actualidad las más
vigentes la cognitiva (con su versiones neurocognitiva y
constructivista), la conductista, la estratégica-sistémica, la psicodinámica y
la humanista-existencial con más o menos preponderancia según qué universidad,
asociación o área de influencia.
Dentro de cada una de estas perspectivas hay a su vez varias corrientes
muchas veces divergentes y en pugna entre sí para alcanzar una cuota de mercado
y venta prominente.
Ahora la competitividad entre escuelas y subescuelas no conforma
una guerra teórica tan evidente como en el pasado donde sus representantes
discutían en revistas, libros y foros. Ahora todo transcurre en el ámbito de la
publicidad y la venta comercial, como si ofrecieran el último producto en forma
de un nuevo coche o móvil con más y mejores prestaciones.
Desde luego que en las diferencias entre estas escuelas de la psicología
existen grandes diferencias filosóficas, epistemológicas y antropológicas de
fondo muchas veces no explicitadas de manera abierta, pero por desgracia los
debates suelen quedar al nivel de la venta del producto, muchas veces expuesto
como “procedimiento con más y mejores evidencias para tal problema”, como si
solo fuera un detergente que lava y limpia mejor que sus detergentes rivales.
Y en el carro de las evidencias/detergentes ya se han subido
casi todas las escuelas mencionadas al principio demostrando que al menos
diferente tipo de ropa su producto lava tan bien como el producto rival.
Por ello se han establecido diferentes propuestas que tratan de escapar a
la economía de mercado (si es que eso realmente es posible) siendo una de ellas
la investigación en procesos de base que den cuenta de la efectividad de las
diferentes escuelas y que sean al menos procesos contrastables científicamente.
En esto las terapias cognitivas-conductuales de las tres generaciones constituyen
la punta de lanza actual.
El problema, grave problema, aún no resuelto, es que las tres olas cogen
altura y siguen desembocando en diferentes orillas, es decir tienen sus propias
versiones de estos procesos, sus propios medios de investigación y su propio
público de acogida.
Así tenemos al menos incluso en las terapias de tercera ola, las llamadas
contextuales, tres versiones bien diferentes:
-Una que aboga que los procesos básicos son los del aprendizaje
respondiente y operante y que la RFT es un mero conjunto de especulaciones para
explicar lo verbal que sobra ante la investigación más actual de tipo
respondiente y operante de lo verbal. Es decir es un desarrollo actualizado de
la primera generación. Su apego al conductismo radical es total aunque con
desarrollos en especial desde el condicionamiento respondiente.
-Otra que combina toda la tradición cognitiva-conductual dando primacía a
los aspectos cognitivos y al concepto y pertinencia del vocablo “mental” y que
orilla en lo contextual con las terapias cognitivas basadas en el mindfulness,
la metacognición, etc.
-La que defiende la pertinencia de la teoría del marco relacional (RFT)
como una operante relacional “especial” que explica el lenguaje y la cognición
sin usar una explicación mentalista (salvo a nivel metafórico y popular con el
público en general) y que no puede ser reducida a principios respondientes y
operantes anteriores. Se vincula igualmente tanto con el conductismo radical
como con los desarrollos postskinnerianos
Existiría al menos una cuarta perspectiva conductista en
términos más filosóficos (al fin y al cabo el conductismo es una filosofía) que
trata de buscar las afinidades no solo científicas sino también de esta raíz
filosófica entre los diversos conductismos (radical, interconductista,
socioconductista, etc.); y de estos con otras orientaciones psicológicas y
filosóficas como la fenomenología, la psicología adleriana o la psicología
existencial y que llamativamente suele tener como referencia común con
frecuencia a la tradición aristotélica.
Por afinidad, esta cuarta perspectiva se aviene mejor con la postura de la RFT entre los tres contendientes por destacar precisamente la funcionalidad de la conducta, aunque aquella en un sentido más pragmático-norteamericano y esta en un sentido más aristotélico de la causa final.
Por afinidad, esta cuarta perspectiva se aviene mejor con la postura de la RFT entre los tres contendientes por destacar precisamente la funcionalidad de la conducta, aunque aquella en un sentido más pragmático-norteamericano y esta en un sentido más aristotélico de la causa final.
En esta posición se encuentra el autor
de estas líneas contemplando “el jaleo” contextual en este mercado competitivo. Y lo hace a veces desde una postura cómoda y divertida como el que contempla una película de superhéroes en batalla y otra cuando le salpica directamente, con cierta incomodidad y confusión que trata de articular desde esa cuarta posición bien minoritaria ante los tres contendientes principales.
depues de 37 años en la profesion me di cuenta que esto de las teorias y las practicas en la psicologia es una cuestion de mercado, lo mas eficiente breve y económico, prevalece. saludos
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