Breves notas sobre la noción de responsabilidad en la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT de Steven Hayes):
La terapia de aceptación y compromiso es una de las principales
terapias de la tercera generación de terapias cognitivas conductuales.
Tiene sus raices en el contextualismo funcional que se vincula con el
conductismo radical skineriano y postskinneriano.
Su
vinculación al conductismo radical suele plantear una serie de
objecciones, siendo la principal de estas la idea difundida de que el
conductismo radical es una psicología mecanicista que entiende al ser
humano como un autómata sujeto a las fuerzas ambientales. Por ello,
¿como se entiende la responsabilidad en ACT si el sujeto está
supuestamente atado al ambiente y determinado por este?.
En
palabras del psicólogo conductista español Marino Pérez la
responsabilidad y la voluntad forman parte de la vida de las personas no
como ilusión ni como algo mecanico; aunque la persona esta influida por
determinados contextos de la vida y condicionamientos sociales, tambien
puede operar a voluntad gracias a sus aprendizajes de autocontrol y de
como ejerce este en su vida (Marino Pérez, 2004; página 187 y 189-190.
Contingencia y Drama. La psicología según el conductismo. Minerva
Ediciones. Madrid, 2004)):
"La responsabilidad de la persona
implica ese doble aspecto, ya señalado de ser capaz de hacer lo que sea
(conducta, personaje) y de hacerse cargo de las consecuencias (persona).
Este doble aspecto ya estaba presente de alguna manera al hablar de
autocontrol (Marino Pérez, 2004; pag.187)."
"En la tensión
control ambiental-autocontrol (determinación-voluntad) se puede apurar
el argumento en una u otra dirección. El conductismo quizás lo extremó
en la dirección ambiental, pero no carece de bases para poner en pie al
sujeto acorde con los lineamientos del autocontrol. Todo lo que hacía
falta era dar de alta al sujeto operante, probablemente, la forma menos
ilusa de concebir al sujeto psicológico, que es lo que se ha hecho aquí.
Ahora bien, es un sujeto con todas sus consecuencias. Por más que
"sujeto" a todo tipo de controles, es un sujeto responsable capaz de
operar a voluntad. Dentro del determinismo de la gran voluntad del mundo
cabe la determinación de la voluntad personal, que el propio
Schopenhauer, reconocería como para no reconocerlo conductista. (Marino
Pérez, 2004; pag.189-190)."
Desde la ACT (Hayes, 2011) se
propone que la persona viva una vida centrada en sus valores y no en la
evitación del sufrimiento inevitable de la vida (evitación experiencial
mediada por mensajes y reglas culturales transmitidas mediante el
aprendizaje social del lenguaje). Frente al "sentirse bien a toda costa"
y "evitar el sufrimiento a cualquier precio", act propone una vida
regulada por los valores elegidos por la persona. aunque en el camino
hacia ello la persona tenga que estar dispuesta (aceptación) a convivir
con el sufrimiento inevitable en sus decisiones (compromiso).
Evidentemente existe sufrimientos evitables en la vida; y es deseable
evitarlos; pero en muchos casos evitar otros sufrimientos inevitables
conlleva dejar de lado tambien una vida significativa guiada por
valores.
***Marino Perez: Contingencia y drama. La psicología según el conductismo. Minerva Ediciones, Madrid, 2004
****Steven Hayes: Sal de tu mente, entra eb tu vida. La nueva terapia
de aceptación y compromiso. Editorial Descleé, Bilbao, 2011.
Aquí
presentamos un folleto que suelo utilizar en las primeras sesiones de
terapia ACT de grupo en la Unidad de Salud Mental de Úbeda (Jaén,
España) (Juan José Ruiz Sánchez, 2013)
¿De que va esta terapia?: Terapia de Aceptación y Compromiso
(Ruiz, 2013)
La mayoría de los tratamientos psicológicos y psiquiátricos son
versiones mejoradas de lo que suelen hacer los humanos cuando tienen
malestar emocional; es decir tratan de cambiar directamente como usted
piensa y siente.
Los humanos cuando experimentamos malestar
emocional solemos usar la maquinaria mental para deshacernos del mismo o
controlarlo. Muchas personas evitan las situaciones, pensamientos,
recuerdos y sentimientos que le producen malestar alejándose de ellos,
distrayéndose en otras actividades o tratando de controlarlos
directamente.
Cuando esto no funciona, entonces se pueden
plantear acudir a un psiquiatra o psicólogo para que “le ayude a ganar
las batallas y la guerra contra los pensamientos, los sentimientos, los
recuerdos, la falta de ganas y otras dificultades emocionales”. En
estas terapias se suelen proponer métodos para controlar ese malestar
como es el caso de aprender a controlar los pensamientos y actitudes
negativas o modificar las condiciones corporales que se relacionan con
el malestar emocional, por ejemplo, usando la medicación o aprendiendo
distintos métodos de autocontrol. También otros terapeutas le ayudaran a
embarcarse en la guerra de la mente de otras maneras distintas, como
explorar su pasado, buscar los motivos inconscientes y ocultos o
explorar sus verdaderos sentimientos. Todos esos métodos son versiones
sofisticadas de entrar en la guerra de la mente que muchas veces
funcionan mejor que los métodos habituales que usa la gente para
desembarazarse de su malestar.
Pero, ¿qué ocurre cuando esos métodos sofisticados de guerra mental también son insuficientes? Aquí entra esta terapia.
La terapia de aceptación y compromiso es un tratamiento que aborda
la guerra y batallas de la mente desde otra perspectiva. Es más exigente
y puede resultar confusa. No la podemos describir ahora completamente
porque, hasta cierto punto, explicar la terapia ocurre durante el mismo
progreso del tratamiento. Pero está basada en la idea de que en lugar de
ayudarle a ganar la batalla en la que ha estado, puede funcionar mejor
ayudarle a salirse de la batalla o guerra mental en la que está
inmerso/a.
Está enfocada en las cosas que le llevan a mantener
esa lucha mental y busca cambiar esas cosas. Es un trabajo fundamental
que trata de la relación entre usted mismo y sus experiencias
psicológicas; sus emociones, pensamientos, memorias, ganas, etc. No es
un planteamiento en el que se pueda entrar a la ligera, pero ha sido
útil para algunas personas con problemas similares a los suyos.
Veremos, para introducirle en esta terapia algunas otras metáforas más,
además de esta que hemos apuntado de “entrar o salir de la guerra de la
mente”.
¿Está usted actualmente inmerso en plena guerra mental?
¿Y que le dice su experiencia a la larga? Aunque parece que gana
algunas batallas, ¿la guerra la va ganando o se hace interminable? ¿Y
que precio está pagando su vida por seguir inmerso en esas batallas?.
En esta terapia se propone algo fundamental: ¡salga de su mente y entre
en su vida!
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