Skinner
Aunque las terapias contextuales de tercera generación están basadas en desarrollos postskinnerianos conductistas como la teoría de los marcos relacionales y el mindfulness, tienen una fuerte vinculación al conductismo radical, por lo que escuetamente apuntamos sus principales principios filosóficos.
1. ES RADICAL: Radical en el sentido etimológico del latín "radix" que significa raíz. Es decir va a la raíz de la conducta que en este caso son sus causas contingenciales ABC. Además se hace cargo de cualquier aspecto de la conducta humana, abarcando fenómenos como "lo inconsciente", "la cognición", "la personalidad", "las emociones", "los lapsus linguae", "la espiritualidad", etc., y cualquier fenómeno relacionado con la actividad humana.
2. ES CONTEXTUALISTA: Para conocer algo se rechaza las afirmaciones descriptivas de lo que es el objeto de estudio, que conforman la perspectiva de la "reificación". La actividad del observador, o sea su conducta influye en sus observaciones. Para conocer algo se tiene en cuenta el contexto o situación desde la que se estudia el fenómeno en cuestión y quien lo estudia desde su circunstancia actual e historia personal de vida que da significado a esa situación a través de sus acciones o conductas. Esta perspectiva no debe confundirse con el constructivismo que parte de referentes mentalistas como los constructos, y es mejor definirla como construccionista o contextualista siguiendo a Marino Pérez (2004)
Marino Pérez Álvarez
3. ES ANTIMENTALISTA: La objeción a los términos mentalistas como por ejemplo
"los esquemas ", "el inconsconsciente", "la memoria implícita versus explicita", "a autorrealizacion", etc.; no es que se refieran a eventos privados del sujeto sino a que se presentan como constructos ajenos a la actividad humana, o sea ajenos a la conducta o considerados como algo distinto a la conducta o sus funciones. Se busca las variables de control observables de la conducta usando el análisis funcional de la conducta que maximiza la capacidad de explicación, predicción y control de esa conducta. La actividad privada del sujeto se considera también conducta "privada" sujeta a las funciones de toda conducta. Así en vez de hablar de "memoria" se habla de recordar o memorizar, en vez de "pensamiento" se habla de pensar, etc. No se trata solo de un juego del lenguaje sino de poner la actividad o conducta humana en relación a las circunstancias de la vida y no a hipotéticos constructos reificados mentalistas inobservables e inferidos. La "actividad mental" no es ignorada, ya que precisamente es considerada actividad o conducta a la que tiene acceso potencial de ser observada por el propio sujeto de esa actividad. Skinner a este respecto pone un ejemplo: "Mi dolor de muelas es tan real como la maquina de escribir que uso".
Hayes
4. ES FUNCIONAL TANTO PARA LA ACTIVIDAD SUBJETIVA COMO PARA LA PUBLICAMENTE OBSERVABLE: La conducta verbal encubierta y abierta esta relacionada con sus antecedentes contextuales y sus consecuencias funcionales desde perspectivas que generen capacidad potencial de experimentación, control y utilidad pragmática aplicada como en el caso de las conductas regidas por las reglas, las relaciones de equivalencia y otros componentes del análisis funcional. Se buscan variables de control potencialmente observables y controlables y no constructos inferidos de imposible observación y control directo como cuando se habla de "creencias", "gramática generativa", "constructos", "procesos y estructuras cognitivas", "demonios mentales" y otros términos no conductuales no observables para el propio sujeto u otros.
Fuentes:
.Robert J. Kohlenberg; Mavis Tsai, (aut.). Psicoterapia analítica funcional. Universidad de Málaga, 2008.
.Marino Pérez: Contingencia y drama. La psicología según el conductismo. Minerva Ediciones, 2004.
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