TERAPIA DE ACEPTACION Y COMPROMISO. METÁFORA DEL CONDUCTOR DEL AUTOBÚS
1.
Metáfora del conductor de autobús:
Imagínese que usted es el conductor de un autobús con muchos pasajeros. Los pasajeros son pensamientos,
sentimientos, recuerdos y todas esas cosas que uno tiene en su vida. Es un
autobús con una única puerta de entrada, y sólo de entrada.
Algunos
de los pasajeros son muy desagradables y con una apariencia peligrosa. Mientras
usted conduce el autobús algunos pasajeros comienzan a amenazarle diciéndole lo
que tiene que hacer, dónde tiene que ir, ahora gire a la derecha, ahora vaya
más rápido, etc., incluso le insultan y desaniman, eres un mal conductor, un
fracasado, nadie te quiere… Usted se siente muy mal y hace casi todo lo que le
piden para que se callen, se vayan al fondo del autobús durante un rato y así
le dejen conducir tranquilo.
Pero
algunos días se cansa de sus amenazas, y quiere echarlos del autobús, pero no
puede y discute y se enfrenta con ellos. Sin darse cuenta, la primera cosa que
ha hecho es parar, ha dejado de conducir y ahora no está yendo a ninguna parte.
Y además los pasajeros son muy fuertes, resisten y usted no puede bajarlos del
autobús. Así que resignado vuelve a su asiento y conduce por donde ellos mandan
para aplacarlos.
De
esta forma, para que no le molesten y no sentirse mal usted empieza a hacer
todo lo que le dicen y a dirigir el autobús por dónde le dicen para no tener
que discutir con ellos ni verlos. Usted hace lo que le ordenan y cada vez lo
hace antes, pensando en sacarlos de su vida. Muy pronto, casi sin darse cuenta,
ellos ni siquiera tendrán que decirle “gire a la izquierda”, sino que usted
girará a la izquierda para evitar que los pasajeros se echen sobre usted y le
amenacen.
Así,
sin tardar mucho, empezará a justificar sus decisiones de modo que casi cree
que ellos no están ya en el autobús y convenciéndose de que está llevando el
autobús por la única dirección posible. El poder de estos pasajeros se basa en
amenazas del tipo “si no haces lo que te decimos, apareceremos y haremos que
nos mires, y te sentirás mal”. Pero eso es todo lo que pueden hacer. Es verdad
que cuando aparecen estos pasajeros, pensamientos y sentimientos muy negativos,
parece que pueden hacer mucho daño, y por eso usted acepta el trato y hace lo
que le dicen para que le dejen tranquilo y se vayan al final del autobús donde
no les pueda ver.
¡Intentando
mantener el control de los pasajeros, en realidad ha perdido la dirección del
autobús¡ Ellos no giran el volante, ni manejan el acelerador ni el freno, ni
deciden dónde parar. El conductor es
usted.
2. Unas breves notas sobre lo que significa la palabra “Aceptar” en
esta terapia:
Significa
estar dispuesto/a a tener pensamientos y emociones negativos, además de
positivos; que forma parte de la vida sentirse mal, sentir dolor emocional y
sufrir, al igual que lo es sentirse bien y ser felices. Significa aprender que
a menudo las emociones no son más que emociones y los pensamientos no son más
que pensamientos y no esos monstruos que a veces parecen apoderarse de nosotros
y a los que damos más importancia de la que tienen, dejando que nos controlen y
dicten lo que debemos ser, hacer o sentir y creyendo todo lo que nuestra mente
nos dice. Aceptar no es resignarse, ni aguantarse con los pensamientos y
emociones negativas; ya que si has encontrado formas de cambiarlas o
controlarlas es estupendo; pero ten en cuenta que otras muchas veces eso no
será posible aunque te esfuerces intensamente por que la situación que estas
viviendo conlleva experimentar ese malestar. En este último caso tus esfuerzos
por controlar o evitar el malestar de tus pensamientos y sentimientos, solo
hará que estos tengan un gran protagonismo y comiencen a dirigir tu vida. Por
ello, en este caso, mientras diriges tu vida hacia lo que te importa, estar
dispuesto a tenerlos, a llevarlos es lo que llamamos aceptación en esta
terapia, y es una potente manera de que seas tu y no ellos (los pensamientos y
sentimientos de malestar) el
protagonista de tu vida.
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