METÁFORA
DE LA CHARCA DE LODAZAL (Adaptado por Ruiz, 2018)
Imagina que emprendes un viaje
hacia un sitio que para ti es muy importante y valioso; por ejemplo
ir a una montaña y conseguir subir a su cima.
Para ello te has hecho de un
mapa o tienes un GPS que te indica en qué dirección ir. Te preparas
con todo lo necesario para comenzar ese viaje y te diriges hacia ese
lugar.
Llega un momento que ves la
montaña a lo lejos, ya estás más cerca de ella y eso te satisface.
Al acercarte más a la montaña
te sorprendes que a su pié aparezca una charca que la rodea
completamente. !Eso no estaba en el mapa ni en el GPS!. !Que mala
indicación la del mapa y que GPS más malo te dice tu mente!. !Esto
no tenia que estar aquí!. Pero el hecho es que está ahí, ! delante
tuya, de tus narices!.
Y por si fuera poco, la charca
que rodea a la montaña es un autentico lodazal. Hay barro,
mosquitos, suciedad, mucha humedad y hasta mal olor. Tu mente sigue
maldiciendo !Esto no tenia que estar aquí!. Pero está ahí, delante
de tus ojos, aunque a ti no te guste para nada.
Así que tienes dos opciones.
Maldecir, irritarte y marcharte para casa y dejar de lado lo que a ti
te importa, o bien llenarte y empaparte de todo lo que lleva meterte
en la charca mientras sigues con tu camino hacia lo que te importa
que está en lo alto de la montaña; y eso que aún no sabes si en
ese camino habrá más obstáculos por descubrir.
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