Un
hombre iba por el campo, llevando una venda en los ojos y una pequeña
bolsa de herramientas. Se le había dicho que su tarea consistía en
correr por ese campo con los ojos vendados. El hombre no sabía que
en la granja había hoyos grandes y muy profundos, lo ignoraba
completamente. Así que empezó a correr por el campo y cayó en uno
de esos grandes agujeros. Empezó a palpar las paredes del hoyo y se
dio cuenta de que no podía saltar fuera y de que tampoco había
otras vías de escape. Miro en la bolsa de herramientas que le habían
dado, para ver si había algo que pudiera usar para escapar del hoyo,
y encontró una pala. Eso es todo lo que tenía. Así que empezó con
diligencia, pero muy pronto advirtió que no salía del hoyo. Intento
cavar más y más y más y más rápido, pero seguía en el hoyo. Lo
intento con grandes paladas y con pequeñas, arrojando lejos la
tierra o arrojándola cerca… pero seguía en el agujero. Todo ese
esfuerzo y todo ese trabajo, y lo único que conseguía es que el
hoyo se hiciese cada vez más y más profundo. Entonces se dio
cuenta, que cavar no era la solución, no era la forma de salir del
hoyo, al contrario, cavando es como se hacen los hoyos más grande.
Entonces empezó a pensar que quizás todo el plan que tenía estaba
equivocado y que no tenía solución, ya que cavando no pueda
conseguir una escapatoria, lo único que hacía era hundirse más.
“Imagina como si estuvieras
atrapado/a en arenas movedizas. Por supuesto,
intentarías hacer lo que pudieras para
salir de ellas, aunque lo que supiera e hiciera, solo te
llevara a enterrarte mas profundo. Lo único que se
puede hacer con las arenas movedizas, es extender el cuerpo y tratar
de entrar en contacto, lo mas posible con ellas. Quizás
lo que te pasa es parecido. No es muy lógico al
principio, pero puede ser que lo debas hacer, es parar
de batallar y en lugar de ello, entrar en contacto total con lo que
ha estado tratando de evitar”.
-MIENTRAS MÁS TRATAS DE CONTROLAR Y LUCHAR MÁS TE HUNDES-
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