EL DUELO EN TIEMPOS DEL CORONAVIRUS.
(Fabi Cravzoff y Juan J. Ruiz Sánchez,
2020)
TRES EXPERIENCIAS DE DUELO EN TIEMPOS DEL CORONAVIRUS.
UN ANÁLISIS CONDUCTUAL CONTEXTUAL
1. TRES EXPERIENCIAS: LO QUE CUENTAN LAS PERSONAS DE
ELLAS Y LOS PERIODISTAS QUE LAS ENTREVISTAN. LAS NARRACIONES
.Experiencia
1:
“He perdido a mi madre y a mi padre en 15 días”, logra
decir a duras penas una mujer de unos 50 años que llora desconsoladamente en el
anodino aparcamiento de Urgencias del hospital de Txagorritxu, en Vitoria. Su
padre, Vidal, lamenta, ha muerto hace unas horas con coronavirus. Se contagió, dice,
en el interior de este centro hospitalario, que acoge a la mitad de los
hospitalizados por el SARS-CoV-2 en el País Vasco, mientras acompañaba a su
esposa, que falleció el 3 de marzo de una afección cardiaca.
Son las nueve de la noche y esta mujer no se quiere
mover del parking porque
desde ahí ve el furgón de la funeraria que se lleva el cuerpo de su padre. No
ha podido despedirse de él. Le dice adiós con la mano: “Me he quedado sin
padres en 15 días”
Fuente: https://elpais.com/sociedad/2020-03-20/he-perdido-a-mi-madre-y-a-mi-padre-en-15-dias.html
.Experiencia 2:
El último año del
padre de Elena ha sido tortuoso. Falleció hace unos días, tras dar positivo
por coronavirus. Es uno de los más de 6.500 fallecidos por el
contagio de este virus que tanto amenaza nuestro bienestar y nuestro día a
día. No obstante, la salud de su padre estaba muy deteriorada
tras tratarse de un tumor.
Este 28 de marzo hubiera cumplido 73 años. Por este motivo, Elena ha hecho
llegar al correo habilitado por COPE.es copecontigo@cope.es. Una
carta en la que se despedía de su padre, y ha relatado la dura batalla que
ha librado en los últimos meses. Como está sucediendo con las personas que
fallecen en las últimas semanas, como consecuencia del COVID-19 o de otra
enfermedad, sus cuerpos no pueden ser velados para evitar
contagios. Por desgracia, mueren en soledad. Un hecho que duele
especialmente a Elena, tal y como revela en la misiva.
Elena dedica una carta a su
padre fallecido
"Hoy, 28 de marzo, es tu cumpleaños Papá. 73. Aunque este no
podremos celebrarlo, y el año pasado te lo saltaste directamente. Mamá
sigue sin poder salir de casa por haber estado contigo unos minutos antes de
que saliera esa maldita prueba positiva y te arrancaran de su lado. Quiero
que sepas, papá, que te fuiste sin contagiar a ninguno de los que estuvimos a
nuestro lado, porque a mamá le quedan dos días de esta cuarentena, pero no
tiene síntomas, y el resto hemos dado negativo en las pruebas.
Pero no solo es la fecha de hoy la que queda marcada en el calendario de
marzo. El día 25 del año pasado, que te operaron de ese bulto sin importancia,
fue el ahora segundo gran susto de mi vida, cuando nos dijeron que te
ibas, que te quedaban horas, y yo me aferré diariamente a tu mano, asumiendo
que era el momento de que fueras tranquilo y sin sufrir, y pedía a Dios que,
así, de mi mano, partieras de nuestro lado y estuvieras tranquilo. Pero
fuiste superando día a día, siempre arropado, hasta ese alta ansiada; pero ya
no eras el mismo, ya no controlabas la mitad del cuerpo, la mitad del
cerebro no vivía, menos de 30 kg de peso, y ni siquiera te dejaban
llevar tu barba por si había que ponerte respirador. Así luchábamos juntos día
a día.
Un año duro, al que en su inicio, solo pedí que te llevara tranquilo,
porque tu vida ya no era vida, pero era Dios quien encontraría el momento en
que estuvieras preparado, porque nosotros, sin duda, no lo estaríamos
nunca. Pero seguías con tus bromas y tu ironía cuando nos
repetías, por tu enfermedad, "hola, hola, hola, hola", o nos hacías
trampas jugando con tu nieta María, o escondías la paga para dárselas las
dos cuando se la pedías a mamá, o tus besos repetidos cuando te ponía la cara
delante... Y eso me hacía sufrir, porque también quería mantenerte a mi lado,
pero echando de menos a mi padre, ese que ya, sin barba, no era la misma
persona.
El padre de Elena empeora su
estado de salud
Y llega el día 16 de marzo de 2020, segundo día de confinamiento, que te
íbamos diciendo que no podíamos ir a verte a la residencia, pero tú confiado en
que sí que nos dejarían entrar, insistías. Y esa misma tarde
te trasladan al hospital por obstrucción intestinal, pero sin síntomas de
este maldito bicho que nos ha tocado a todos en el fondo del
corazón. Llegué antes que tú, te cogí de la mano, hablaba contigo aunque
ni abrías los ojos, pero no quería molestarte en tu descanso. Solo te dolía la
cabeza. Para que mamá pudiera entrar contigo, salí, pero antes, te di un beso
en la frente, te susurré "papi, te quiero", respondiéndome "y yo
a ti", "pero yo a ti más", y tú, contundente pero sin abrir los
ojos, me respondiste un "eso lo dices tú, pero yo soy tu
padre". Y eso es verdad, es una verdad abismal, inmensa,
profunda y eterna. Lo que no sabía era que sería lo último que te oiría.
Ya entró mamá y estabas inquieto, únicamente encontrabas tus fuerzas
en rezar compulsivamente, y mamá te acompañaba sin cesar. De repente, te
tranquilizaste, y dijiste, ya con los ojos abiertos, que había llegado Jesús,
que era alto, y que quería que te fueras a su casa. Le pediste a mamá que
te dejara ir con él. Y sin aviso, sin poder de actuación, te llevaron rápidos
al aislamiento, sin poder mamá despedirse de ti, sin volver a verte.
El cuerpo de su padre no pudo ser velado
Ya día a día vivíamos, todos por separado, esperando una llamada, en que
nos anunciaban que no tenías síntomas, pero que estabas flojo. Y pasaban
las horas. Y el fin de semana siguiente nos dicen que no quieres comer. Yo
lo sabía, sabía que ya no querías luchar. Ya no había quién te cogiera de la
mano y pidiera que te fueras tranquilo, pero querías hacerlo. Lo respeto
papá, era tu voluntad dirigida por Dios, pero no sabes lo duro que está siendo
esto.
Nos dicen que no podemos verte, no podemos despedirte, hemos de incinerar
tu cuerpo pero no nos dejan ir ni siquiera al cementerio a despedirte detrás
del cristal a ver como tu cuerpo se convierte en ceniza. Y ahí estás, todavía,
desde hace 4 días, esperando a que se acabe este estado de alarma y podamos
hacer un funeral, una despedida donde pueda venir todas las personas que te
querían y admiraban desde puntos tan diversos de España, allí donde habías
dejado tu semilla de cariño, humor y trabajo.
Sé que nos esperas, que nos cuidas como no lo pudiste hacer este año y
sé, como, decía Quevedo, que
"serán cenizas, mas tendrá sentido, polvo serán, mas polvo
enamorado". Te quiero papá, pero menos que tú a mí, porque eres
mi padre, siempre".
.Experiencia 3:
"Mi madre no es un
número más": la estremecedora carta del hijo de una fallecida por
coronavirus
José Antonio ha perdido a su madre por el Covid-19. Pide al Gobierno que
no trate a los muertos como cifras y que les conceda un funeral de Estado que
rinda homenaje a nuestros mayores
José
Antonio Toribio perdió a su madre el pasado jueves por culpa
del Covid-19 en una residencia de un pueblo de Salamanca. Leo, de 76 años,
sufría Alzheimer desde hacía casi dos décadas, pero su cuerpo estaba fuerte
como un roble. Había superado dos operaciones anteriores con mucho coraje hasta
que una "insuficiencia respiratoria" se la llevó.
Leo ni siquiera
figura en las estadísticas oficiales de muertos por la pandemia. Aunque tenía
todos los síntomas y en su certificado de defunción se apunta como posible
causa, su rápido deterioro en apenas unas horas impidió que la hicieran el
test. Pero eso no importa. José no quiere que su
madre sea una cifra, que nadie lo sea.
"Detrás de
todos los muertos hay personas. Nos acostumbramos a dar cifras. Los estamos deshumanizando".
Por ello, José ha escrito una carta para poner rostro y memoria no sólo a su
madre sino a todos los fallecidos anónimos por el coronavirus.
"No son muertos
de segunda. Detrás de ellos había vidas. Parece que se justifican las muertes
de la gente mayor o con patologías previas. Ellos tenían las mismas ganas de vivir que
nosotros", cuenta José por teléfono.
José es muy crítico
con la gestión política de la crisis y pide que todos los muertos sean
homenajeados en un funeral de Estado y
que "todas las banderas de este gran país ondeen a media asta".
A continuación, reproducimos su carta:
MI MADRE TIENE UN NOMBRE
Por José Antonio Toribio
"Mi madre no es un número más, mi madre tiene un nombre, Leo.
Y digo que tiene porque seguirá estando en
mi corazón y en el de la inmensa mayoría de las personas que tuvieron la suerte
de conocerla.
Porque ella era mágica, su historia de lucha y superación lo
atestigua.
No es un número más porque ninguna víctima
de esta tragedia merece ser marcada con un número y pasar a la siguiente página
sin más.
Porque todas estas personas tienen una
familia y tenían una vida por delante, más o corta o más larga, pero era su
vida.
Porque mi madre tenía patologías previas,
si, pero no era su momento. Esas patologías le permitían vivir, llevaba 18 años
luchando y podría haber seguido luchando, porque esa era su esencia, la lucha.
Porque me niego a que nos estemos
deshumanizando de esta forma, a que la vida de personas más o menos mayores no
sea significante, a que la vida de las personas con otras patologías no valga
nada.
Este gobierno está intentado deshumanizar
la situación, infravalorando las muertes, "hoy seiscientos, cien menos que ayer, es un buen dato...".
Por favor, estamos hablando de seiscientos muertos, de seiscientas vidas, en
definitiva, de seiscientas personas que tenían ganas de vivir.
"BASTA DE TAPAR LAS MISERIAS"
El interés de este gobierno es seguir
barriendo el polvo para esconderlo
debajo de la alfombra, pero no se da cuenta de que hay más que polvo,
hay demasiada mierda, hay demasiada basura como para que una simple alfombra la
pueda ocultar.
Por eso pido que no caigamos en la trampa,
no podemos seguir deshumanizando las muertes, dejándolas en simples cifras,
tenemos que ponerles cara, tenemos que darles voz, porque detrás de esas cifras
existen personas que han levantado este país de la nada, personas que han construido una democracia
plena a pesar de haber vivido una época a la que, incluso los que
no la hemos conocido, no queremos volver.
Por esa razón, tampoco podemos no alzar la
voz para decir basta, basta de
tapar las miserias, basta de censurar la información, basta de
manejar la sociedad comprando las televisiones, basta de ocultar una mentira
con otra mentira.
Porque este castillo de naipes no se
sostiene, porque mentir para tener que volver a mentir, después de haber
mentido previamente hará que se derrumbe, porque es el único destino de un
castillo de naipes cuando las cartas de las que se compone están trucadas.
En algún momento este Gobierno debe asumir
responsabilidades, asumir que la
gestión más inútil de la peor crisis sanitaria de los últimos cien años no
se puede barrer debajo de la alfombra. Asumirlo y humanizar TODAS y cada una de
las muertes (las no oficiales, como la de mi madre, también).
"ESTE GENTE MERECE UN FUNERAL DE
ESTADO"
Esta gente se merece un funeral de Estado,
esta gente se merece que las banderas de todos los rincones de este gran país
ondeen a media asta, esta gente merece un reconocimiento de toda la sociedad
española, porque han sido víctimas de la propia sociedad, por ser más
vulnerables, por ocupar el eslabón más débil de la cadena, por edad o por tener
patologías previas o simplemente por estar luchando en primera línea de fuego
contra el virus.
Porque esta gente se merece que este
gobierno dimita, porque claro que no son un número más, sin embargo este
Gobierno si lo es, ¡son 22 + 1 incompetente!
Iros a vuestra casa, cuanto más lejos
estén vuestras manos de la gestión pública, mejor, no os necesitamos, no
necesitamos que salgáis a sobre comparecer para decir lo buenos que somos, eso
ya lo sabemos, máxime cuando Sánchez no lo piensa, para él, el único bueno es
él.
Por desgracia estamos perdiendo a los
mejores soldados en esta guerra, a
las generaciones que levantaron este país y los que cara a cara batallan en
esta lucha (mi recuerdo a todos nuestros mayores, a los sanitarios,
miembros del ejército y de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado,
transportistas, personal de limpieza y de supermercados, etc.).
"LA VIDA DE MI MADRE HA SIDO LA LUCHA"
Y acabo con la historia de Leo, mujer brillante (con patologías
previas si, pero mujer brillante).
Una de esas mujeres de la España rural que nacieron en mitad de la
posguerra y que su vida ha sido la lucha, la lucha a base de
esfuerzo, sacrificio, valentía y amor.
Una de esas mujeres a la que, sin vestir
de morado, no le vais a dar lecciones de feminismo, porque han tirado del carro
y si hacía falta, de la carreta, para conseguir su sueño, que no era otro que
sus hijos tuviesen todo aquello que ellas no tuvieron. Y mi madre lo consiguió,
nos dio todo con nada, consiguió sacar adelante a cuatro hijos y un marido que
enfermó cuando el pequeño, que era yo, apenas tenía 8 meses. Así que basta de lecciones al pueblo, porque
el pueblo os da las lecciones a vosotros, solo tenéis que pararos y
escuchar.
A Leo le encantaba leer, pintar y crear.
Tanto que, incluso cuando la injusta realidad borró sus recuerdos, ella seguía leyendo,
aunque solo ella entendiese como se puede leer un libro del revés.
Y esa era su patología previa, tener más
personalidad, cualidades y valores que todo un rebaño de 22 palmeros que siguen
a un líder narcisista al que le da igual vestirse
de lobo que de cordero, vestirse de rojo, morado o amarillo o fumarse un
puro con los que hasta hace dos días mataban a los de su propio banquillo.
Con patologías como las de mi madre merece
más la pena vivir que con las patologías de ese rebaño que intenta engañar a un
país para escapar de un virus al que solo se le gana la batalla luchando y que,
por tanto, es inmune a la mentira en
la que el propio rebaño se ha instaurado"
Fuente:
https://www.elmundo.es/papel/historias/2020/04/16/5e97078cfdddff3f498b4590.html
2.
UN ANÁLISIS TOPOGRÁFICO DE ESTAS TRES EXPERIENCIAS: COMO SE PRESENTA EL SUFRIMIENTO.
DESGLOZANDO SUS COMPONENTES
Nota.
Ningún análisis por muy fino y preciso que sea puede captar la experiencia viva
y dramática de las personas que han
atravesado estas situaciones en sus propias carnes. Quién lea estas líneas
aunque sea imaginariamente haría bien, además de “analizar funcionalmente”, el “ponerse
en la piel empáticamente” de estas personas para captar matices importantes.
.Experiencia
1:
-Perdida
de sus dos padres
-Contagio de su padre donde se supone no debe hacerlo
(hospital)
-Imposibilidad
de despedirse de las personas fallecidas por reglas institucionales de
prevención del contagio
-Llanto
con desconsuelo
-Despedida
lejana y rápida
-Dificultad
para expresar lo que se experimenta en esa situación del hospital
-Único
referente de contacto, el propio periodista que relata los hechos
.Experiencia
2:
-Contacto
previo con la persona fallecida que se ve interrumpido al ser diagnosticado de
covid
-Despedida
anticipada con contacto previo en la otra enfermedad grave
-Imposibilidad
de despedirse en la último tramo de vida de la personas fallecida por reglas
institucionales de prevención del contagio
-Imposibilidad
de hacer el ritual del velatorio
-Discrepancia
entre la persona recordada y la habilitada en el hospital por las condiciones
de pautas de intervención en covid (“ya no eras el mismo sin la barba”)
-Elaboración
de una carta de despedida que ayuda a expresar los sentimientos y valores más
importantes y dolorosos de esta persona y compartirlo con otras personas a
través de un periódico
.Experiencia
3:
-Dignificación
de la persona fallecida y de las personas mayores en residencias
-Quejas
de que los políticos y los medios deshumanizan las muertes de las personas
mayores como mera estadísticas
-Expresión
de ira y rabia ante los que percibe como deshumanizadores de una tragedia
colectiva
-Expresión
del dolor del duelo mediante una carta a un medio de comunicación
3. UN ANÁLISIS
FUNCIONAL HIPOTÉTICO: QUÉ Y CÓMO SE RESPONDE A ESE SUFRIMIENTO Y EL CONTEXTO
SOCIO-VERBAL DEL MISMO
1-Contexto sociocultural general (Antecedentes contextuales)
-Se instauran unas reglas gubernamentales que impiden o restringe el
contacto y el velatorio con personas fallecidas por covid. Esto iguala a todas
estas personas y quienes mantenían contacto con ellas. Los rituales de
despedida socialmente acostumbrados
quedan imposibilitados. Los familiares de los fallecidos son afectados por esto
al no poder llevar a cabo esos rituales de transición.
-Se producen contagios en algunos casos en los mismos centros sanitarios
-Ninguna de estas tres personas refiere soporte emocional (psicológico)
ante estas situaciones, desconocemos si por qué no los había o porque el medio
periodístico seleccionó solo a estas personas (parece más bien lo segundo) ya
que como psicólogo he atendido a varias
personas con situaciones similares en un equipo de salud mental pública. Los
medios construyen la realidad, no solo informan; aunque a decir verdad todos
construimos la realidad con nuestros actos cotidianamente.
2-Antecedentes biográficos e inmediatos:
-Fuerte vinculación emocional a estas personas (padres o madres)
-Pérdida trágica e inesperada en algunos casos
-Recuerdos de cómo contribuían a sus vidas y a las de otros
-En los medios hospitalarios no se describe en estos relatos un referente
de apoyo emocional ni posteriormente a ellos (“deshumanización asistencial y
política en algunos casos”)
-Parece que el único medio de expresión de sentimientos dolorosos es el
medio de comunicación
3-Consecuencias:
-Se produce una traba, una dificultad que dificulta el acceso al ritual o
forma de despedirse compartida y eso hace muy dura la pérdida y deja u pozo de
incomprensión
-Escribir cartas es una manera de honrar la memoria de la persona fallecida
y expresar sentimientos de dolor, pena y rabia.
-Compartir la carta con el medio es una manera de apoyar a otras personas
con situaciones similares (valor de solidaridad)
EN RESUMEN:
.La situación global afecta e interrumpe los rituales socialmente
compartidos
.En las descripciones del duelo no existe un apoyo institucional público
para los mismos (esto puede ser un sesgo del medio de comunicación y una
realidad en otros casos)
.Las medidas políticas-sanitarias afectan al manejo del duelo y al
sufrimiento de las personas en sus cálculos de beneficios/prejuicios
.Los afectados expresan quejas contra la deshumanización de todo esto (en
algunos casos)
.Se busca compartir solidariamente el dolor por las pérdidas honrando la
memoria de los fallecidos
.Los medios de comunicación seleccionan casos para expresar su visión de la
realidad; algo que todos hacemos, pero ellos con más poder e influencia social
No hay comentarios:
Publicar un comentario