Índice:
Prólogo |
Pág. 5 |
Capítulo 1. Aspectos
fundamentales de las terapias de grupos y su eficacia |
Pág. 9 |
Capítulo 2. Aspectos
fundamentales del proceso de la ACT de Grupo |
Pág.31 |
Capítulo 3. Aspectos
fundamentales del proceso de la FAP de Grupo |
Pág.52 |
Capítulo 4. Integrando ACT y FAP de Grupo en la FACT.
Proceso de intervención en viñetas |
Pág.65 |
Capítulo 5. Aspectos
fundamentales del proceso de otras terapias grupales de tercera generación |
Pág.84 |
Capítulo 6. Terapias
Contextuales de Grupos con Niños y sus familiares con diversas problemáticas. Proceso de intervención |
Pág.106 |
Capítulo 7. Terapias
Contextuales de Grupos con adolescentes. Proceso de intervención |
Pág.124 |
Capítulo 8. Terapias
Contextuales de Grupos con adultos con problemas transdiagnósticos
ansiosos-depresivos. Proceso de intervención |
Pág.134 |
Capítulo 9. Terapias Contextuales de Grupos con adultos
con experiencias psicóticas. Proceso de intervención |
Pág.151 |
Capítulo 10. Qué y
cómo supervisar en Terapias Contextuales de Grupos |
Pág.168 |
Cuestionarios de autoevaluación |
Pág.189 |
Prólogo
Hacer terapia de grupo
nace como una necesidad
histórica derivada de la atención
psicológica a muchas personas con recursos limitados, tanto de estas como de
las instituciones o particulares que la proponen.
Habitualmente es en el contexto público de atención a una
demanda creciente de personas con problemas emocionales en situaciones de
masificación y largas listas de espera donde se promueve usar la terapia de
grupo como alternativa al tratamiento
individual. También algunos terapeutas privados con intereses sociales hacia la
población más carente de recursos
socioeconómicos han propuesto la terapia grupal como modelo de intervención
prioritario a lo largo de la historia de los tratamientos psicológicos.
Sin embargo no solo la “necesidad” es la madre de las
terapias grupales. A lo largo de los años se ha mostrado que estas son igual de efectivas que las terapias
individuales en condiciones similares, y en muchos casos más eficientes que aquellas,
al poder atender de manera eficaz a más personas en tiempos similares.
Partimos de la concepción de que la mayoría de los problemas
psicológicos surgen en contextos relacionales donde están implicados patrones
de relación disfuncionales repetitivos en forma de acciones o clases de
conductas operantes defensivas o
evitativas en contextos articulados de dos caras de la misma moneda: mediante
la relación de las personas con sus propias experiencias de su ambiente interno
(“mental y subjetivo”) y sus ambientes externos (relaciones o interpersonales) con
otras personas, proporcionando las terapias de grupos escenarios
alternativos de oportunidades para la
modificación de tales patrones operantes de conductas y otras reacciones
condicionadas.
Las terapias de grupos sin embargo no son ninguna panacea
universal y tienen sus indicaciones y contraindicaciones según qué tipo de problemas solicitan las personas en la ayuda psicológica y el
contexto de trabajo de los terapeutas.
No son una panacea universal, dado que los llamados problemas
psicológicos son en realidad problemas derivados de nuestra forma de vivir aprendidas ante condiciones socioeconómicas y
socioculturales adversas que nos han tocado vivir a lo largo de nuestras vidas.
Muchas veces estos problemas psicológicos son deudores de
intervenciones sociales y políticas de largo alcance, donde no solo los agentes
“psi” somos relevantes, sino que se ha
de contar con las personas allegadas y
las instituciones comunitarias desde una óptica de la psicología comunitaria y
la acción política.
Sin embargo, sin ser esa panacea, son una poderosa alternativa al individualismo
neoliberal que penetra la mayor parte de las intervenciones psicológicas y que
están a la base de muchas formas disfuncionales de vivir.
Por lo pronto y como elementos mínimo, las diversas terapias
de grupos dan valor a tres aspectos claves, que son habitualmente valorados por
quienes participan en ellas:
-Permiten darnos cuenta de que mucho de nuestros problemas
personales son similares a los de
nuestros semejantes.
-Permiten darnos la oportunidad de ayudarnos mutuamente de
manera cooperadora y solidaria.
-Ofrecen un conjunto de experiencias reforzantes, aunque a
veces también muy dolorosas, conformadas por acudir a las sesiones y compartir en ellas los problemas y progresos
realizados dentro y fuera de las sesiones del grupo en un ambiente de
validación y apoyo mutuo.
Deseo que para ti como lector, la incursión en este breve
texto te motive a trabajar con terapias de grupos.
Sin duda hacer terapia de grupo proporciona un conjunto de experiencias
no exentas de problemas, pero muy enriquecedoras tanto para los clientes como para los
terapeutas. Este es el mensaje esencial que deseo transmitir con este texto.
Este pequeño texto está escrito en forma de preguntas claves
y sus respuestas según su autor. El lector debe encontrar las suyas propias
basadas en sus experiencias e
investigaciones de este enorme y fascinante
campo de las terapias de grupos contextuales
Juan José Ruiz Sánchez
Psicólogo Clínico. USMC de Úbeda
(Jaén. España)
Úbeda, 17 de Diciembre de 2020
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