miércoles, 28 de febrero de 2024

ARTÍCULO COMPLETO PARA DESCARGA GRATUITA: LAS CUATRO CARENCIAS DE LAS TERAPIAS CONTEXTUALES Y DEL RESTO DE LAS PSICOTERAPIAS (Ruiz, 2024)

 


Artículo completo acabado en el día de hoy con su bibliografía completa. Deseo sea de su interés o al menos le ayude a tener una conciencia autocrítica con las terapias contextuales y las psicoterapias en general para mejorar la calidad y ajuste de las mismas a las circunstancias y necesidades sociales.

DESCARGAR ARTÍCULO DE MEDIAFIRE

domingo, 25 de febrero de 2024

ALGUNAS COMUNIDADES DISCURSIVAS QUE MANTIENEN EL CONCEPTO DE ENFERMEDAD MENTAL (Ruiz, 2024)

 



Entre las comunidades discursivas que alimentan el concepto de enfermedades mentales están las siguientes (y no se agotan en estas):


1-Las organizaciones e instituciones sanitarias biomédicas públicas y privadas más aún si se dedican a las prescripción psicofarmacológica y a los tratamientos psicológicos
basados en la evidencia como punto esencial de sus intervenciones (y amparadas a nivel mundial por la propia OMS)


2-Las organizaciones académicas y universitarias psicológicas que mantienen una concepción cognitiva conductual de las terapias y que a pesar de hablar de evaluación psicológica y/o análisis funcionales toman de referencia en sus textos las categorías y descripciones nosológicas tipo DSM/CIE y formatean desde esta perspectivas a los futuros psicólogos y médicos mientras estudian y se forman en sus instituciones.


3-Las propias organizaciones de "enfermos mentales y sus familiares" que hacen girar su estatus identitario, reclamador y sustentador en torno a conceptos de enfermedad mental.


4-Toda la rama de la industria farmacológica dedicada a tratar las supuestas enfermedades mentales.


5-Estamentos jurídicos que realizan demandas de peritajes de responsabilidad personal en función de presencia o no de enfermedades mentales.


6-Las organizaciones de psicólogos y psiquiatras que mantienen una versión "más light" del concepto de enfermedad mental como "trastornos" supuestamente de origen "bio-psico-social" y que a la postre refieren concepciones de vulnerabilidad de etiología biológica (incluido en esto por ejemplo a la DBT y gran parte de los contextuales).


7-A los defensores de parte (no toda) de la psicología basada en la evidencia o psicología científica que usan criterios nosológicos para probar la eficacia de los tratamientos (de hecho el "termino tratamiento" ya tiene ese sesgo).


8-A gran parte de los medios de comunicación que cuando presentan hechos colectivos o individuales inusuales lo presentan como perturbaciones mentales invitando al experto de turno para que los confirme tautológicamente.


9-La psicologización de los malestares cotidianos que supuestamente vienen a sustituir a la psiquiatrización previa tras el efecto postpandemia mundial y que promueven colegios de psicólogos y estados que a la postre redunda en "personas averiadas" en vez de poner el acento en los aspectos socioeconómicos de desigualdad y precariedad que generan la mayor parte de estos malestares. En esto último somos muchas veces copartícipes los propios psicólogos contextuales mediante nuestros intereses de busqueda de clientelas (aunque se comprenda la motivación financiera sustentadora).





domingo, 18 de febrero de 2024

TERAPIA DE GRUPO COMO COMUNIDAD DISCURSIVA ALTERNATIVA. GENERADO POR CHATGPT CON MIS INSTRUCCIONES (Ruiz, 2024)

 


Siguiendo los pasos de Bernard Guerin sobre la importancia de las comunidades discursivas como contextos sociales, le he planteado al chatgpt que me genere una respuesta a la terapia de grupo como comunidad discursiva alternativa.....

La terapia de grupo se presenta como un espacio terapéutico en el que un terapeuta facilita la interacción y el diálogo entre varios participantes que comparten experiencias similares o desafíos emocionales. Este enfoque terapéutico se diferencia de las sesiones individuales al centrarse en la dinámica grupal, aprovechando la interacción social para promover el crecimiento personal y el bienestar emocional.

 

Una de las características clave de la terapia de grupo es su capacidad para generar una comunidad discursiva alternativa. En este contexto, "comunidad discursiva" se refiere a un grupo de individuos que comparten un lenguaje común, formas de expresión y comprensión mutua. La terapia de grupo ofrece un entorno donde los participantes pueden compartir sus historias, desafíos y éxitos en un espacio seguro y de apoyo.

 

Al crear esta comunidad discursiva alternativa, la terapia de grupo proporciona a los participantes la oportunidad de explorar nuevas perspectivas, recibir retroalimentación de sus compañeros y desarrollar habilidades de comunicación efectivas. El intercambio de experiencias dentro del grupo puede desafiar y enriquecer las percepciones individuales, permitiendo a los participantes considerar diferentes puntos de vista y estrategias para abordar sus problemas.

 

Además, la terapia de grupo fomenta un sentido de pertenencia y conexión emocional. Los participantes pueden sentirse comprendidos y apoyados por otros que han experimentado situaciones similares, lo que contribuye a la reducción del aislamiento emocional. Este sentido de comunidad también puede motivar a los individuos a asumir la responsabilidad de su propio proceso de cambio y les brinda la oportunidad de ofrecer apoyo mutuo.

 

La terapia de grupo actúa como un espacio para generar una comunidad discursiva alternativa al proporcionar un entorno colaborativo donde los participantes comparten sus vivencias, exploran nuevas perspectivas y construyen conexiones significativas. Este enfoque terapéutico no solo facilita el crecimiento individual, sino que también fomenta el desarrollo de relaciones interpersonales saludables dentro del grupo.


La terapia de grupo se presenta como una alternativa crítica al enfoque biomédico tradicional, desafiando la mera dependencia de diagnósticos psiquiátricos y prescripciones médicas. A diferencia del modelo que tiende a reducir los problemas mentales a desequilibrios químicos y síntomas individuales, la terapia de grupo se basa en la creación de una comunidad discursiva, destacando las limitaciones del enfoque biomédico y buscando una comprensión más holística de la salud mental.

 

Comunidad de Apoyo y Crítica al Individualismo Médico: Mientras que el modelo biomédico tiende a centrarse en el individuo y sus síntomas, la terapia de grupo aborda la salud mental desde una perspectiva social y comunitaria. Cuestiona la efectividad de tratar los problemas mentales únicamente a través de intervenciones individuales y destaca la importancia de la conexión y el apoyo interpersonal como elementos fundamentales para el bienestar.

 

Diversidad de Perspectivas y Desafío a la Reducción de la Experiencia Humana: El enfoque biomédico a menudo reduce las complejidades de la experiencia humana a diagnósticos simplificados. La terapia de grupo desafía esta simplificación al fomentar la diversidad de perspectivas y experiencias, reconociendo que la salud mental va más allá de etiquetas diagnósticas y requiere una comprensión más profunda de las circunstancias y contextos individuales.

 

Desarrollo de Habilidades Sociales como Alternativa a la Medicalización: Mientras que el modelo biomédico tiende a medicalizar los problemas mentales, la terapia de grupo ofrece una alternativa al centrarse en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. Cuestiona la sobredependencia de medicamentos al destacar la importancia de aprender a enfrentar los desafíos emocionales mediante la interacción y el apoyo mutuo.

 

Empoderamiento Personal Frente a la Dependencia Médica: La terapia de grupo desafía la noción de que la solución a los problemas mentales radica únicamente en intervenciones médicas. En lugar de perpetuar la dependencia de medicamentos, se centra en el empoderamiento personal a través de la participación activa, la autoexploración y el apoyo grupal.

 

Prevención del Aislamiento y Crítica al Estigma Asociado: Mientras que el modelo biomédico a menudo contribuye al estigma al considerar los problemas mentales como meros desórdenes individuales, la terapia de grupo aborda este estigma al proporcionar un espacio donde los participantes se sienten comprendidos y aceptados, cuestionando así las percepciones simplistas y estigmatizantes de la salud mental.

 

En resumen, la terapia de grupo no solo complementa, sino que cuestiona directamente el modelo biomédico al ofrecer una perspectiva que enfatiza la importancia de la comunidad, la diversidad de experiencias y el empoderamiento personal como elementos esenciales para abordar los desafíos de la salud mental. Este enfoque crítico busca superar las limitaciones del enfoque biomédico y promover una comprensión más completa y humana de la salud mental.

 

Notas personales (estas no son del chatgpt):

 Los "grupos de escuchadores de voces" de personas con experiencias psicóticas son una comunidad discursiva alternativa al no enmarcarse en diagnósticos y prescripciones médicas sino en validar  y comprender estas experiencias sin etiquetarlas como enfermas o productos de una averia (audiciencia no punitiva de Skinner). Igualmente la polifonia de voces y discursos de las personas afectadas por las experiencias psicóticas y las personas de su entorno en el contexto del " diálogo abierto" (Seikkula) es otro espacio amplio de comunidad discursiva alternativa a la clasificación dsm-cie, ingresos y terapias cohercitivas.




miércoles, 14 de febrero de 2024

LAS CUATRO GRANDES CARENCIAS DE LAS TERAPIAS CONTEXTUALES Y POSIBLES ALTERNATIVAS. APUNTES (Ruiz, 2024)


Las terapias contextuales o de tercera generación han supuesto una nueva forma de abordar los problemas psicosociales.

Han puesto de relieve varios aspectos:

 

(1) La importancia de las funciones del lenguaje mayormente limitantes  en el contexto sociocultural para producir los llamados trastornos psicológicos.

(2) El desarrollo de una potente base experimental fundamentada en la teoría del marco relacional y la investigación en procesos de condicionamiento operante y respondiente ( "modelo psicopatológico")

(3) Plantean una nueva forma de tratar los problemas psicosociales ("modelo de terapia") que no pasa por el ensañamiento contra el síntoma sino más bien la renuncia contra la lucha por eliminarlos o controlarlos desde el  enmarque o contexto de los valores de la persona; buscando que la vida de esta sea más significativa y relevante.

(4) Han estimulado una fuerte revitalización del  conductismo que no estaba muerto pero si en horas bajas.

 Sin embargo después de casi 40 años de desarrollo estas terapias con sus múltiples variantes, fuentes de referencias y sus diversos modelos transdiagnósticos (inflexibilidad, problemas del yo, regulación emocional, etc.) presentan a nuestro parecer una serie de carencias que podemos englobarlas en 4 apartados: (Es importante advertir que estas cuatros carencias son también aplicables al resto de las terapias psicológicas sean contextuales o no).


1º-Falta de Materialidad: A pesar de la importante y relevante investigación de la teoría del marco relacional desde potenciales contextos socio-verbales se evidencia en esta un importante sesgo hacia un "linguismo autónomo" (a veces presentado resumidamente como insensibilidad a las contingencias directas por el efecto predominante de las reglas verbales aprendidas) comentando muy superficialmente el efecto de los poderes sociales sobre esas funciones lingüísticas de genérico (reglas pliance, tracking y aumenting por ejemplo) sin especificar que prácticas culturales concretas y que malas situaciones sociales las producen , y si lo hacen es de modo bastante superficial.

 Otras veces se centran, en sus versiones más analíticas, en considerar el despacho como una caja de Skinner donde el terapeuta aplica contingencias a lo dicho y hecho por el consultante buscando modificar su conducta, ignorando por completo toda la gama de contingencias más distales de tipo organizacional y social para ambos actores del drama terapéutico, y después bajo un manto de cientificidad con registros o tasas de conductas generalizan sus aportes a las intervenciones psicosociales con el marchamo de "basado en la evidencia". Sin embargo el poder modificador de estos actores es ínfimo en comparación con las intervenciones sociopolíticas generales e incluso en comparación con las múltiples interacciones cotidianas en las relaciones entre las personas.

 Solo durante ratos de 10 a 60 minutos cada x tiempo  aparece una "ilusión de control" que si bien es real en el cambio de algunas personas no deja de ser escasa en comparación con los dramas cotidianos de millones de personas.

 Incluso a veces presentan una especie de teoría macro-evolutiva para dar cuenta de la raíz social de estos efectos del lenguaje pero sin especificar los contextos sociales, los poderes que sostienen las diferencias y malas situaciones concretas en  el momento histórico actual. Tampoco especifican las condiciones materiales, organizacionales e institucionales desde donde los terapeutas ejercen su trabajo y el tipo de población al que suelen atender con más frecuencia, pasando habitualmente a reproducir el modelo “hollywoodense” del terapeuta en su despacho con el cliente y lo que hablan ambos con abstracción de otros contextos y contingencias distales más allá del intercambio verbal de ambos; y esto muchas veces es así también para los que se posicionan desde la "seriedad del análisis aplicado de la conducta".

 Se hace necesaria una alternativa más socio psicológica, que probablemente se acerque bastante a los planteamientos actuales de  Bernard Guerin y toda su relectura de la psicología, la psicopatología y la terapia; así como a otros nuevos enfoques como el del llamado Marco de Amenaza, Poder y Significado propuesto por psicólogos británicos.

 No se trata no obstante de derrocar todos los aportes previos de las tres tradiciones cognitivas conductuales sino más bien de reenmarcarlas en un contexto social más amplio y específico donde nuevas formas de intervención se puedan desarrollar y llegar a más personas.

 2º-Falta de Humildad: La epidemiología de los llamados trastornos mentales no para de crecer a pesar de todos nuestros conocimientos e intervenciones contextuales y no contextuales (neurociencias, biomédicas, cognitivas conductuales, etc.). No está tampoco muy claro que las evidencias de las terapias contextuales sean superiores a las de las terapias cognitivas-conductuales de segunda generación, y aún menos del enfoque basado en procesos que pretende integrar las tres generaciones cognitivas-conductuales. Existe además una clamorosa falta de publicaciones sobre las tasas de abandonos y fracasos de estas terapias y también de la incidencia de problemas psicosociales serios entre los propios terapeutas (cuando la mayoría de las investigaciones apuntan que casi el 40% de los psicólogos y psiquiatras están afectados por problemas  de intentos suicidas, depresivos o de consumo de sustancias relevantes).

El techo en el sistema sanitario mundial de la OMS al que llegó la terapia contextual fue la elaboración de una guía de autoayuda basada en la ACT para el manejo del estrés-Covid planteado por Russ Harris que transcurrió paralelo a una serie de intervenciones en varios países sobre la aplicación de intervenciones basadas en la  flexibilidad para sanitarios y poblaciones dianas, obteniendo ciertos éxitos, pero en un contexto más amplio donde fueron acompañadas la mayoría de las veces por la creación de medidas institucionales y la creación de redes de apoyo en paquetes amplios de intervenciones; pero cuyo impacto pasó a segundo plano frente a la pujanza tradicional de las terapias individuales como método habitual de exportación estado-unidense de hacer terapia psicológica.

 En España el número de psicólogos autodenominados contextuales es realmente ínfimo, no más del 16% del total frente a la abrumadora mayoría de la adscripción al modelo CBT tradicional beckiano o cognitivo-conductual de segunda generación, aunque esto está cambiando lentamente en parte promovido por sus propios gurús (Hayes y Hoffman, p.e).

 Es necesaria una alternativa basada en la humildad y en la búsqueda de conexión con otros enfoques psicosociales afines que den un cuerpo de intervención más amplio y diferente a solo la terapia individual de despacho.

 

3º-Falta de Grupalidad y mayor énfasis en lo público: Casi la mitad de las intervenciones contextuales a nivel mundial se hacen en formato de terapias de grupos, en su mayoría fuera de los Estados Unidos  y muchas de ella en  contextos públicos; siendo minoritaria su representación en los textos seminales de estos enfoques, con la excepción de la DBT y algunos talleres de "crecimiento personal" en la psicoterapia analítica funcional.

 De hecho de los 5 manuales estado unidenses de referencia oficiales  de la FAP, solo hay un capítulo en uno de ellos dedicado a la terapia de grupo, cuando la realidad mundial es bien distinta en la aplicabilidad de las terapias de grupo. En el caso de la ACT si existen más publicaciones grupales pero en general siguen siendo minoría respecto al formato individual de terapias.

 Hay sin embargo notables excepciones en la terapéutica contextual tanto en lo grupal como en la aplicación en el ámbito sanitario público (que es donde realmente se interviene con la mayoría de la población a nivel mundial) como son el caso de las iniciativas abaladas por el colegio británico de psicología tanto de las terapias cognitivas conductuales en el sistema público donde se han consolidado (de las tres generaciones) y la propuesta firme de una concepción alternativa  al modelo biomédico de fallo bioquímico en  las psicosis llamadas funcionales.

En este sentido en el ámbito tanto hispanoamericano como internacional,  el enfoque ACT por niveles en psicosis-modelo ART (Juan Antonio Díaz y cols.) está suponiendo un fuerte empuje de enfoques contextuales y afines (diálogo abierto, propuestas postpsiquiátricas, etc.) cambiando el orden de la prioridad biomédica por la prioridad contextual, relacional, biográfica y social.

Otros notables aportes han partido de las propuestas de la pareja Patricia Robinson y Kirk Strolshal (este último cofundador de la ACT) en el ámbito de la sanidad pública, especialmente en atención primaria donde han desarrollado un modelo de Salud Conductual (que integra a su vez un modelo de intervención breve de ACT focalizada o "FACT") en el contexto más general del hospitalocentrismo/predominancia de los seguros privados para las clases pudientes vs mayoría de la población con menos recursos; atención dominante anti-atención primaria en EEUU. También a esto se suma la DBT ampliamente usada en el contexto público.

Sin embargo "nos nutrimos habitualmente del pasto" estado unidense de las terapias en esos contexto de desigualdad clamorosa.

 En este apartado hay que incidir que desde los estamentos universitarios al plantear las intervenciones psicológicas y la difusión de manuales de terapia, las terapias grupales y las intervenciones en contextos públicos están infrarrepresentadas a pesar de que en  la realidad existe una notable diferencia entre estas versiones y las potencialmente eficientes en esos contextos públicos

 

4º-Falta de Conexión con otros enfoques afines relevantes:  Aunque los enfoques contextuales hacen gala de un notable eclecticismo técnico  y de estrategias, integrando por ejemplo muchos procedimientos de la modificación de conducta tradicional con otros más novedosos como los ejercicios experienciales, el análisis funcional de las interacciones verbales en las sesiones, el uso de metáforas  o los procedimientos de mindfulness; sin embargo a veces incluso dentro de sus propias teorías funcionan en parte manteniendo sus propios nichos teóricos particulares en sus formas de terapias específicas para diferentes problemáticas apareciendo ocasionalmente un movimiento más integrador (por ejemplo ACT con FAP en la  otra versión  de FACT, no solo la focalizada) y hasta a veces con dificultades más o menos grandes de integrarse con toda la tradición conductual previa; amén de sus versiones más cognitivas, mediacionales u operantes con sus seguidores y detractores, convirtiendo a veces el "fuego amigo" en más peligroso que el enemigo (a la postre el modelo biomédico predominante).

 

Pero lo más grave, a nuestro criterio, no son las guerras intestinas divisorias, sino la marginalidad en que caen todo el conjunto de las terapias contextuales (y aún toda la tradición analítica conductual con su ropaje tecnocrático estilo ABA) a pesar de su "autobombo de lo más avanzado con una fuerte base evidencial y experimental" cuando se le compara con el desarrollo e implantación del modelo biomédico, los sistemas diagnósticos tradicionales y las formas de organizar los sistemas sanitarios mundiales, amén del escaso interés general de estos enfoques más centrados en "el caso individual" (una copia del modelo biomédico vía ratita que aprieta la palanquita en diseños n=1) en vez de tener (o complementar lo anterior) con una mirada social y política más comprometida en aras de una supuesta asepsia científica libre de valores y basada en la bata blanca del laboratorio, si es que eso no es  sino una especie  "delirio compartido" por grupos de seguidores de estos planteamientos con el reforzamiento simbólico de experimentar una especie de "ser en el mundo alguién especial" por encima del resto, aunque públicamente esté mal visto afirmar esto (salvo en la pleyade habitual de los espacios de facebook) .

 Es necesario pues buscar nuevos aliados (no solo en el campo de la CBT en la línea de Hayes y Hoffman), sino también las afinidades con otras propuestas alternativas al modelo biomédico imperante; donde Marino Pérez Álvarez ya habla de algunas de  estas dentro de la psicología; y apuntamos nosotros, incluso en una mirada y colaboración aún más amplia y estrecha con las propuestas postpsiquiátricas que mantienen una doble ligazón tanto a lo evidencial como a lo social.

Por supuesto que estas consideraciones están abierta al debate, a las modificaciones y las correcciones necesarias, pero como punto de partida las consideramos suficientes para la mejora y actualización de las terapias contextuales.

 

Bibliografia principal:




 

 

 

 

 


domingo, 11 de febrero de 2024

CUESTIONARIO CONSCIENTE, ABIERTO Y COMPROMETIDO (Ruiz, 2024)



Para evaluar potenciales ccrs de flexibilidad psicológica dentro y fuera del grupo  (equivalencia funcional potencial) y la transferencia de las habilidades aprendidas en la sesión a la vida diaria