sábado, 29 de agosto de 2015

Breves notas sobre la noción de responsabilidad en la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT de Steven Hayes)



La terapia de aceptación y compromiso es una de las principales terapias de la tercera generación de terapias cognitivas conductuales. Tiene sus raices en el contextualismo funcional que se vincula con el conductismo radical skineriano y postskinneriano.
Su vinculación al conductismo radical suele plantear una serie de objecciones, siendo la principal de estas la idea difundida de que el conductismo radical es una psicología mecanicista que entiende al ser humano como un autómata sujeto a las fuerzas ambientales. Por ello, ¿como se entiende la responsabilidad en ACT si el sujeto está supuestamente atado al ambiente y determinado por este?.
En palabras del psicólogo conductista español Marino Pérez la responsabilidad y la voluntad forman parte de la vida de las personas no como ilusión ni como algo mecanico; aunque la persona esta influida por determinados contextos de la vida y condicionamientos sociales, tambien puede operar a voluntad gracias a sus aprendizajes de autocontrol y de como ejerce este en su vida (Marino Pérez, 2004; página 187 y 189-190. Contingencia y Drama. La psicología según el conductismo. Minerva Ediciones. Madrid, 2004)):
"La responsabilidad de la persona implica ese doble aspecto, ya señalado de ser capaz de hacer lo que sea (conducta, personaje) y de hacerse cargo de las consecuencias (persona). Este doble aspecto ya estaba presente de alguna manera al hablar de autocontrol (Marino Pérez, 2004; pag.187)."
"En la tensión control ambiental-autocontrol (determinación-voluntad) se puede apurar el argumento en una u otra dirección. El conductismo quizás lo extremó en la dirección ambiental, pero no carece de bases para poner en pie al sujeto acorde con los lineamientos del autocontrol. Todo lo que hacía falta era dar de alta al sujeto operante, probablemente, la forma menos ilusa de concebir al sujeto psicológico, que es lo que se ha hecho aquí. Ahora bien, es un sujeto con todas sus consecuencias. Por más que "sujeto" a todo tipo de controles, es un sujeto responsable capaz de operar a voluntad. Dentro del determinismo de la gran voluntad del mundo cabe la determinación de la voluntad personal, que el propio Schopenhauer, reconocería como para no reconocerlo conductista. (Marino Pérez, 2004; pag.189-190)."
Desde la ACT (Hayes, 2011) se propone que la persona viva una vida centrada en sus valores y no en la evitación del sufrimiento inevitable de la vida (evitación experiencial mediada por mensajes y reglas culturales transmitidas mediante el aprendizaje social del lenguaje). Frente al "sentirse bien a toda costa" y "evitar el sufrimiento a cualquier precio", act propone una vida regulada por los valores elegidos por la persona. aunque en el camino hacia ello la persona tenga que estar dispuesta (aceptación) a convivir con el sufrimiento inevitable en sus decisiones (compromiso). Evidentemente existe sufrimientos evitables en la vida; y es deseable evitarlos; pero en muchos casos evitar otros sufrimientos inevitables conlleva dejar de lado tambien una vida significativa guiada por valores.
***Marino Perez: Contingencia y drama. La psicología según el conductismo. Minerva Ediciones, Madrid, 2004
****Steven Hayes: Sal de tu mente, entra eb tu vida. La nueva terapia de aceptación y compromiso. Editorial Descleé, Bilbao, 2011.
Aquí presentamos un folleto que suelo utilizar en las primeras sesiones de terapia ACT de grupo en la Unidad de Salud Mental de Úbeda (Jaén, España) (Juan José Ruiz Sánchez, 2013)
¿De que va esta terapia?: Terapia de Aceptación y Compromiso
(Ruiz, 2013)
La mayoría de los tratamientos psicológicos y psiquiátricos son versiones mejoradas de lo que suelen hacer los humanos cuando tienen malestar emocional; es decir tratan de cambiar directamente como usted piensa y siente.
Los humanos cuando experimentamos malestar emocional solemos usar la maquinaria mental para deshacernos del mismo o controlarlo. Muchas personas evitan las situaciones, pensamientos, recuerdos y sentimientos que le producen malestar alejándose de ellos, distrayéndose en otras actividades o tratando de controlarlos directamente.
Cuando esto no funciona, entonces se pueden plantear acudir a un psiquiatra o psicólogo para que “le ayude a ganar las batallas y la guerra contra los pensamientos, los sentimientos, los recuerdos, la falta de ganas y otras dificultades emocionales”. En estas terapias se suelen proponer métodos para controlar ese malestar como es el caso de aprender a controlar los pensamientos y actitudes negativas o modificar las condiciones corporales que se relacionan con el malestar emocional, por ejemplo, usando la medicación o aprendiendo distintos métodos de autocontrol. También otros terapeutas le ayudaran a embarcarse en la guerra de la mente de otras maneras distintas, como explorar su pasado, buscar los motivos inconscientes y ocultos o explorar sus verdaderos sentimientos. Todos esos métodos son versiones sofisticadas de entrar en la guerra de la mente que muchas veces funcionan mejor que los métodos habituales que usa la gente para desembarazarse de su malestar.
Pero, ¿qué ocurre cuando esos métodos sofisticados de guerra mental también son insuficientes? Aquí entra esta terapia.
La terapia de aceptación y compromiso es un tratamiento que aborda la guerra y batallas de la mente desde otra perspectiva. Es más exigente y puede resultar confusa. No la podemos describir ahora completamente porque, hasta cierto punto, explicar la terapia ocurre durante el mismo progreso del tratamiento. Pero está basada en la idea de que en lugar de ayudarle a ganar la batalla en la que ha estado, puede funcionar mejor ayudarle a salirse de la batalla o guerra mental en la que está inmerso/a.
Está enfocada en las cosas que le llevan a mantener esa lucha mental y busca cambiar esas cosas. Es un trabajo fundamental que trata de la relación entre usted mismo y sus experiencias psicológicas; sus emociones, pensamientos, memorias, ganas, etc. No es un planteamiento en el que se pueda entrar a la ligera, pero ha sido útil para algunas personas con problemas similares a los suyos.
Veremos, para introducirle en esta terapia algunas otras metáforas más, además de esta que hemos apuntado de “entrar o salir de la guerra de la mente”.
¿Está usted actualmente inmerso en plena guerra mental? ¿Y que le dice su experiencia a la larga? Aunque parece que gana algunas batallas, ¿la guerra la va ganando o se hace interminable? ¿Y que precio está pagando su vida por seguir inmerso en esas batallas?. En esta terapia se propone algo fundamental: ¡salga de su mente y entre en su vida