Atención plena de la respiración (breve)
Te
invito a que te sientes con tus pies apoyados en el suelo y tu espalda derecha,
y que cierres tus ojos o los fijes en un punto. Trae tu atención a tu
respiración y obsérvala como si fueras un científico curioso que nunca ha visto
la respiración antes… nota el aire mientras entra a través de tus fosas
nasales…y baja hasta el fondo de tus pulmones… y nótala mientras fluye hacia
afuera nuevamente… nota el aire moviéndose dentro y fuera por tus fosas
nasales… cómo es ligeramente más cálido cuando sale… y ligeramente más frío
cuando entra… nota la sutil elevación y descenso de tus hombros… y la gentil
elevación y descenso de tu tórax… y la calmada elevación y descenso de tu
abdomen… fija tu atención en una de estas áreas, dondequiera que prefieras: en
el aire entrando y saliendo por las fosas nasales, en la elevación y descenso
de tu tórax, o en el abdomen...
Mantén tu atención en este punto, notando el movimiento –entrando y saliendo- de la respiración (pausa 20’’) Sean cuales sean los sentimientos, impulsos o sensaciones que surjan, ya sean placenteros o displacenteros, gentilmente reconócelos, como si saludaras con un movimiento de cabeza a personas que están pasando por tu calle… gentilmente reconoce su presencia y déjalos estar… permitidles ir y venir a su antojo, y mantén tu atención en la respiración (pausa 20’’) Sean cuales sean los pensamientos, imágenes o recuerdos que surjan, confortables o incómodos, sólo reconócelos y permitidles estar… déjalos ir y venir a su antojo, y mantén tu atención en la respiración (pausa 20”) De tanto en tanto, tu atención va a perderse cuando seas capturado por tus pensamientos. Cada vez que esto suceda, nota qué te ha distraído, y vuelve a traer tu atención a la respiración nuevamente (pausa 20”) Sin importar qué tanto te vayas, sean cien o mil veces, tu meta es simplemente notar qué te ha distraído y volver a enfocarte en tu respiración… Una y otra y otra vez, te vas a ir en tus pensamientos. Esto es normal, natural y les pasa a todos. Nuestras mentes naturalmente se distraen de lo que estamos haciendo. Cada vez que te des cuenta de que tu atención se ha ido, gentilmente nota que se ha ido, nota qué te ha distraído, y regresa tu atención a la respiración (pausa 20”). Sin importar qué tan a menudo tu atención se vaya, gentilmente reconoce que se ha ido, nota qué te ha distraído y vuelve a enfocarte en la respiración… y cuando estés listo, tráete a la habitación nuevamente y abre tus ojos.
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