Analistas de conducta centrados en el N=1 y en
colectivos sociales como un todo
Parece haber una diferencia clara entre analizar la conducta
desde un paradigma n=1, donde se considera que la conducta es siempre de un alguien
concreto en relación a diversas situaciones y contingencias (lo que sin duda es
cierto) ; o considerarla desde la perspectiva de que ese alguien está inmerso a
su vez en otros colectivos (grupos, familia, instituciones diversas con
diferentes roles, grupos sociales, etc.); y estudiar la conducta de esos
colectivos como un todo. Esto no es nada novedoso, ya que hay una extensa
tradición del conductismo social ignorada por muchos conductistas clínicos apegados
al n=1, que hace análisis conductuales de grupos o colectivos sociales con implicaciones
o niveles diferentes a la perspectiva clínica; o sea más social que individual.
Ambas perspectivas pueden ser complementarias en función de lo que se desee
estudiar. Un ejemplo de esto es la teoría del intercambio social de Homans,
Blau, etc; y más recientemente las aportaciones de Bernard Guerin como ejemplo relevante a caso
Plantear por ejemplo una terapia de grupo como una colección
de n=1 donde a todos se le aplica el mismo método puede quedar corto si no se
ve la perspectiva también de ese grupo como un todo resultante del intercambio
entre sus miembros. Son miradas diferentes con diferentes implicaciones. No
siempre la caja de Skinner es la mejor referencia para asuntos sociales, como
por ejemplo se percató el mismo Skinner al hacer las extrapolaciones
conductuales a asuntos sociales (p.e Skinner- "Ciencia y conducta humana",
1953; en el apartado de las instancias de poder-control social).
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