jueves, 20 de marzo de 2014

LA EVITACION EXPERIENCIAL Y SUS CONSECUENCIAS




LA EVITACIÓN DE EXPERIENCIAS DOLOROSAS O TEMIDAS: CONSECUENCIAS


La evitación experiencial consiste en tratar de evitar tus propias experiencias internas (pensamientos, sentimientos, recuerdos, sensaciones corporales…) incluso aunque el hecho de hacerlo te acabe causando problemas.


Se trata de experiencias que, en principio, resultan dolorosas o perturbadoras, pero cuya evitación, aunque te aporte alivio a corto plazo, te acaba perjudicando a largo plazo. Por ejemplo, la persona que evita ir a una fiesta a la que desearía ir, debido al malestar que le produce su ansiedad social; o bien, la persona que evita hacer ejercicio porque le resulta pesado y frustrante. En realidad, lo que está evitando no es hacer ejercicio, sino el sentimiento de frustración que eso le produce. Y la persona con ansiedad social que no acude a esa fiesta no lo hace para evitar la fiesta en sí misma, sino que es la experiencia de sentir ansiedad la que desea evitar.


La evitación experiencial se produce cuando las personas se plantean como objetivo sentirse bien y evitar todo malestar. El problema es que las reglas que usamos para el mundo exterior no funcionan en nuestro mundo interior. En el mundo exterior, querer librarnos de aquello que nos molesta parece una buena idea y a menudo funciona. Por ejemplo, si tienes la ropa manchada te la quitas y te pones otra limpia. Pero en el interior de tu mente las cosas funciona al revés, rigiéndose por una norma parecida a esta: si no estás dispuesto a tener algo, entonces lo vas a tener. Es decir, si no estás dispuesto a sentir ansiedad, entonces la vas a sentir, y además con más intensidad. Si no estás dispuesto a sentir frustración, entonces te vas a sentir aún más frustrado. Y lo mismo podemos decir del resto de experiencias internas negativas. Esto es así porque, por el modo como funciona la mente humana, cada vez que intentas evitar, eliminar o suprimir una experiencia interna, el mismo intento de librarte de ella hace que dicha experiencia crezca, aumentando en intensidad y frecuencia.


Esto hace que, con el tiempo, la vida de una persona se vaya "encogiendo" cada vez más, ya que las situaciones que se evitan son cada vez numerosas, y los pensamientos, recuerdos o emociones que tratan de evitarse se hacen cada vez más abrumadores e insoportables. Es decir, cuanto más luchas contra ellos, más crecen. Con el tiempo, la capacidad para estar en el momento presente y disfrutar la vida se va desvaneciendo, porque tu vida se centra en evitar lo malo, en vez de salir en busca de lo bueno.


La mayoría de las personas no logran superar sus problemas emocionales porque las estrategias que están utilizando para intentar hacerlo consisten en modos de tratar de evitar sus experiencias. Es decir, buscan desesperadamente la manera de tratar de evitar sentir lo que sienten y de evitar pensar lo que piensan o recordar lo que recuerdan.


Si suena el despertador por la mañana y tu mente se llena de pensamientos y emociones desagradables sobre el horrible día que te espera, las pocas ganas que tienes, o lo desgraciada que es tu vida y no estás dispuesto a experimentar y sentir esas emociones y pensamientos, entonces te deprimirás aún más, no te levantarás de la cama y nada cambiará.



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