sábado, 4 de agosto de 2018

OBSTÁCULOS PARA LA FLEXIBILIDAD PSICOLÓGICA. RESUMEN (Ruiz, 2018)




OBSTÁCULOS PARA LA FLEXIBILIDAD PSICOLÓGICA. RESUMEN
 (Ruiz, 2018)


1. Todos los seres vivos, incluidos los humanos estamos/somos preparados filogenéticamente y socioculturalmente para evitar y apartarnos del dolor y el malestar. Las funciones de reforzamiento negativo a corto plazo tienen un gran control sobre la conducta humana. Esto es un mecanismo adaptativo. Se convierte en problemática cuando se vuelve no funcional para las personas, o sea les aleja de fuentes de reforzamiento a largo plazo (una vida valiosa e importante). La no funcionalidad proviene de las experiencias aprendidas de las personas en las circunstancias de sus vidas pasadas y sus relaciones cotidianas actuales.


2. Nuestra cultura fomenta los procedimientos del control del malestar emocional y desarrolla toda una red sanitaria  de la salud mental dirigida al manejo de las experiencias internas desagradables. Esto se convierte en problemático cuando el control de los síntomas se impone al desarrollo de una vida valiosa y cuando estas experiencias  de la vida cotidiana se convierten en enfermedades a tratar.


3.Los sistemas habituales de salud mental influyen y son influidos por los sistemas socioculturales dominantes que desarrollan un sistema de redes entrelazados de contingencias: La red causal “material” que afirma que los problemas psicológicos están hechos de enfermedades del cerebro o fallos mentales, una red causal “formal” que afirma que esas enfermedades mentales-cerebrales adoptan formas de conglomerados diagnosticables/clasificables (DSM-CIE); una red causal “eficiente” que implican unos actores que conforman el trastorno como drama interactivo, entre el paciente, sus allegados y el clínico; y un red causal “final” que hace que el trastorno tenga una finalidad o función, advertida o no por los implicados, que a menudo suponen intentos de adaptación a circunstancias vitales difíciles para las personas.


4.La arbitrariedad que proporciona el lenguaje como operante relacional (reforzado además socio-culturalmente) produciendo efectos como la literalidad del lenguaje (pensar y hablar de eventos puede adoptar funciones de  malestar similares a experimentarlos directamente); formación de clases y categorías arbitrarias (que nos hacen clasificar rígidamente/polarizadamente de manera cristalizada a las personas, cosas y eventos de la vida); la necesidad de que nuestros relatos de las cosas sean coherentes y fundamentados en buenas razones (que puede llevarnos a conflictos con personas con perspectivas e intereses diferentes y a justificarnos en las razones en vez de contactar con las experiencias directas de la vida) y la insistencia socio-cultural que para llevar una vida feliz hay primero que eliminar o controlar los pensamientos, sensaciones y sentimientos molestos y desagradables,con el efecto de una lucha encarnizada contra estos, alejándonos  más aún de acciones dirigidas a valores


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