lunes, 3 de febrero de 2020

LO EFÍMERO

                 

  -Ernesto Sabato-

“A veces creo que nada tiene sentido. En un planeta minúsculo, que corre hacia la nada desde millones de años, nacemos en medio de dolores, crecemos, luchamos, nos enfermamos, sufrimos, hacemos sufrir, gritamos, morimos, mueren, y otros están naciendo para volver a empezar la comedia inútil. ¿Sería eso, verdaderamente? ¿Toda nuestra vida sería una serie de gritos anónimos en un desierto de astros indiferentes?
Ernesto Sabato, El túnel.”


Como humanos buscamos gratificaciones (reforzamiento) de muchos tipos. 

Entre las personas que nos dedicamos a publicar libros, artículos, dar charlas, investigar etc.; es obtener cierta respuestas de la audiencia virtual (por ejemplo por Facebook, comprar nuestras publicaciones y comentarlas con agrado, darle likes...) o directa (aprobación, interés, decir que les ayudó o sirvió de alguna manera, etc.). 

Esto puede ser muy potente para controlar nuestra propia conducta hasta el punto de alejarnos más  de otras personas con las que convivimos cada día (pareja, hijos, familiares, etc.) por invertir un "exagerado" tiempo en estas áreas.  

No es extraño que psicólogos, investigadores o terapeutas dedicados, tengan vidas de pareja o familiar o social  un tanto desastrosas.  Evidentemente se pueden conjugar esas áreas de la vida y diversificar los reforzadores; pero esto no siempre es así. 

Muchos científicos famosos y artistas llevaron vidas familiares desastrosas. Ofrecieron mucho a la humanidad, pagando "un precio". Nada es gratis aquí. 

Como humanos y gracias, a como dice la Teoría del Marco Relacional, podemos imaginar escenarios futuros que pueden tener poder para cambiar las funciones de nuestras conductas.

Solo un recordatorio en este sentido de humildad: en una o dos generaciones más, prácticamente nadie se acordará de nosotros y de lo que hicimos  y todas estas teorías, prácticas e investigaciones, salvo en casos excepcionales y poco habituales (la inmensa mayoría no somos Skinner, ni Hayes, ni Ribes) pasaran al más estricto olvido. 

No  deseo establecer así una nueva regla; tampoco de obviar los proyectos personales de cada cual, ya que las contingencias de la vida seguirán operando sobre nuestros actos, y además cada cual tiene perfecto derecho a contactar con ellos.

Solo recordemos, aunque sea por momentos, que podemos pasar mucho tiempo dedicado a lo efímero, al éxito pasajero, y dejar de lado otras áreas más sencillas, cotidianas y cercanas que dan un sentido y valor a nuestras vidas que todos estos "escaparates virtuales más o menos fugaces".

Publicar, investigar y ayudar a otros tiene sus propias contingencias de refuerzo según nuestra historia previa y contexto de vida actual. Y está bien que así sea, ya que forma parte de nuestra trayectoria por esta vida.

Pero al igual que dice Hayes, “sal de tu mente y entra en tu vida”; a veces es mejor salir de estas "contingencias populares" y entrar en nuestras vidas para compartir con los más cercanos

No crean sin embargo nada de lo que digo, experimenten ustedes y saquen sus lecciones o experiencia de sus vidas en sus contextos particulares. 




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