lunes, 5 de octubre de 2020

SIENDO JUSTOS, AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR (Ruiz, 2020)

 


Tras un intercambio de pareceres con un colega conductual comentamos que  gracias a las terapias conductuales contextuales el conductismo que estaba de capa caída a finales de los años 90 en muchos países se ha revitalizado a través de estas nuevas propuestas que han traído a la palestra la importancia de entender el papel del lenguaje y la cognición sin términos mentalistas y una nueva concepción de intervenir en el sufrimiento psicológico que no pasa tanto por cambiar la conducta o el síntoma sino por recontextualizar sus funciones en relación a aquello que le importa en su vida al cliente: En términos de ACT-RFT darnos cuenta donde estamos atrapados con nuestras acciones e historias respecto a estas, mentalmente-CCR1 (socio-verbalmente); poner distancia con ese atrapamiento desde la distinción de uno mismo/a con el flujo de experiencias que nos atrapan-CCR3 y actuando en consonancia con los valores de cada uno/a-CCR2.

Esto trajo de la mano también que se desarrollaran una serie de nuevas terapias contextuales, no solo de inspiración conductista (ACT, FAP, ¿DBT?, ACT, TIP, Terapia de interacción padres-hijos..) sino también de inspiración dualista-mentalista-biologicista (Terapias cognitivas basadas en mindfulness, Terapia Focalizada en la Compasión, Terapias Metacognitivas. NOTA: La DBT a veces puede situarse también en este segundo grupo) introduciendo nuevos conceptos distintos a los de los principios del aprendizaje  previo (situados en las relaciones contingenciales espacio-temporales) y generando una nueva serie de problemas:

-¿Son pertinentes y útiles  los conceptos intermedios como la aceptación, la defusión, la flexibilidad psicológica, etc.; en la práctica clínica o sobran ante un Análisis Funcional basado exclusivamente en relaciones espacio-temporales de contingencias que pueden ser explicados/experimentados  tan llanamente a los clientes como esos conceptos?

-¿Son las terapias contextuales una especie de zoco o mercadillo de terapias donde abastecerse según las necesidades y gustos de los terapeutas  con una diversidad de productos para distintos paladares como el mindfulness, la metacognición, el propio análisis funcional, la flexibilidad psicológica, la autocompasión, etc.?

-¿Hay discrepancia filosóficas irreconciliables en el seno de las terapias contextuales como en el caso del conductismo radical de la FAP vs el contextualismo RFT de la ACT vs la metacognición de la Terapia Metacognitiva?  ¿La propuesta de los procesos soluciona estos problemas?  ¿Y la transdiagnóstica?

-Cada terapia propones sus propios elementos transdiagnóstico, la ACT la evitación experiencial, la FAP los problemas del Yo, la DBT los de regulación emocional. ¿Son estos constructos coherentes con la tradición conductual basada en los procesos del aprendizaje?

Asistimos a todo un revival de propuestas manualizadas diferentes y poco o casi nada de cómo unificarlas bajo un paraguas común; e incluso cuando esto se intenta, ya sea desde la RFT o el Análisis Funcional de la Conducta, aparecen nuevas polémicas.

La verdad es que los psicólogos funcionamos entre sí con bastante rivalidad en un mercado competitivo donde ponerse de acuerdo o al menos escuchar con interés al que discrepa es una tarea casi imposible.

Un análisis funcional y un análisis de la (in) flexibilidad psicológica de estas prácticas culturales de los propios psicólogos no estaría de más, y no solo ya desde casas ajenas, sino desde dentro de la propia casa conductual. 

Volviendo al título de esta entrada, es justo reconocer que el conductismo está de vuelta en gran parte gracias a las terapias contextuales, aunque esa vuelta trajo sus nuevos problemas a dilucidar, esperemos en diálogo aprendiendo uno de otros. Quizás se me note en esto mi gusto por las terapias de grupo. Ojo, no se trata de unificar o uniformar criterios, sino de compartir experiencias y conocimientos y ver lo que cada uno experimenta o aprende de ello.

Esto será sin duda una respuesta parcial e incompleta pues de fondo está el asunto de que ciencia ha de ser la psicología y cómo proceder en ella.

Si es ciencia de la conducta, el conductismo radical parece la propuesta más coherente con ella; pero la respuesta no aclara del todo la fidelidad de las nuevas terapias contextuales al mismo, aunque sí es cierto, que al menos para el que escribe estas líneas el grado de fidelidad de las nuevas propuestas terapéuticas  de más a menos quedaría en algo así: (de las más conocidas)

.Más cercanas:

-FAP y AC

.Intermedias:

-ACT, TIP y DBT

.Lejanas o ajenas:

-Terapias cognitivas basadas en el mindfulness o la compasión

-Terapias metacognitivas

-Terapias combinatorias: ACT + Terapia de Esquemas,  por ejemplo


¿Y qué es del  César?

-Que las terapias contextuales (la mayoría) revitalizaron al conductismo radical (salvo en Brasil donde no hubo olas ni oleajes)

-Que las terapias contextuales han traído su propia caja de truenos con nuevos problemas y confusiones.



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