Tras un
intercambio de pareceres con un colega conductual comentamos que gracias a las terapias conductuales
contextuales el conductismo que estaba de capa caída a finales de los años 90
en muchos países se ha revitalizado a través de estas nuevas propuestas que han
traído a la palestra la importancia de entender el papel del lenguaje y la
cognición sin términos mentalistas y una nueva concepción de intervenir en el
sufrimiento psicológico que no pasa tanto por cambiar la conducta o el síntoma
sino por recontextualizar sus funciones en relación a aquello que le importa en
su vida al cliente: En términos de ACT-RFT darnos cuenta donde estamos atrapados con nuestras acciones e historias respecto a estas, mentalmente-CCR1 (socio-verbalmente); poner distancia con ese atrapamiento desde la distinción de uno mismo/a con el flujo de experiencias que nos atrapan-CCR3 y actuando en consonancia con los valores de cada uno/a-CCR2.
Esto trajo
de la mano también que se desarrollaran una serie de nuevas terapias
contextuales, no solo de inspiración conductista (ACT, FAP, ¿DBT?, ACT, TIP,
Terapia de interacción padres-hijos..) sino también de inspiración
dualista-mentalista-biologicista (Terapias cognitivas basadas en mindfulness,
Terapia Focalizada en la Compasión, Terapias Metacognitivas. NOTA: La DBT a
veces puede situarse también en este segundo grupo) introduciendo nuevos
conceptos distintos a los de los principios del aprendizaje previo (situados
en las relaciones contingenciales espacio-temporales) y generando una nueva
serie de problemas:
-¿Son
pertinentes y útiles los conceptos intermedios como la aceptación, la
defusión, la flexibilidad psicológica, etc.; en la práctica clínica o sobran
ante un Análisis Funcional basado exclusivamente en relaciones
espacio-temporales de contingencias que pueden ser
explicados/experimentados tan llanamente a los clientes como esos
conceptos?
-¿Son las
terapias contextuales una especie de zoco o mercadillo de terapias donde
abastecerse según las necesidades y gustos de los terapeutas con una
diversidad de productos para distintos paladares como el mindfulness, la
metacognición, el propio análisis funcional, la flexibilidad psicológica, la
autocompasión, etc.?
-¿Hay
discrepancia filosóficas irreconciliables en el seno de las terapias
contextuales como en el caso del conductismo radical de la FAP vs el
contextualismo RFT de la ACT vs la metacognición de la Terapia
Metacognitiva? ¿La propuesta de los procesos soluciona estos
problemas? ¿Y la transdiagnóstica?
-Cada
terapia propones sus propios elementos transdiagnóstico, la ACT la evitación
experiencial, la FAP los problemas del Yo, la DBT los de regulación emocional.
¿Son estos constructos coherentes con la tradición conductual basada en los
procesos del aprendizaje?
Asistimos a
todo un revival de propuestas manualizadas diferentes y poco o
casi nada de cómo unificarlas bajo un paraguas común; e incluso cuando esto se
intenta, ya sea desde la RFT o el Análisis Funcional de la Conducta, aparecen nuevas
polémicas.
La verdad es
que los psicólogos funcionamos entre sí con bastante rivalidad en un mercado
competitivo donde ponerse de acuerdo o al menos escuchar con interés al que
discrepa es una tarea casi imposible.
Un análisis
funcional y un análisis de la (in) flexibilidad psicológica de estas prácticas
culturales de los propios psicólogos no estaría de más, y no solo ya desde casas
ajenas, sino desde dentro de la propia casa conductual.
Volviendo al
título de esta entrada, es justo reconocer que el conductismo está de vuelta en
gran parte gracias a las terapias contextuales, aunque esa vuelta trajo sus
nuevos problemas a dilucidar, esperemos en diálogo aprendiendo uno de otros.
Quizás se me note en esto mi gusto por las terapias de grupo. Ojo, no se trata
de unificar o uniformar criterios, sino de compartir experiencias y
conocimientos y ver lo que cada uno experimenta o aprende de ello.
Esto será
sin duda una respuesta parcial e incompleta pues de fondo está el asunto de que
ciencia ha de ser la psicología y cómo proceder en ella.
Si es
ciencia de la conducta, el conductismo radical parece la propuesta más
coherente con ella; pero la respuesta no aclara del todo la fidelidad de las
nuevas terapias contextuales al mismo, aunque sí es cierto, que al menos para
el que escribe estas líneas el grado de fidelidad de las nuevas propuestas
terapéuticas de más a menos quedaría en algo
así: (de las más conocidas)
.Más
cercanas:
-FAP y AC
.Intermedias:
-ACT, TIP y
DBT
.Lejanas o
ajenas:
-Terapias
cognitivas basadas en el mindfulness o la compasión
-Terapias
metacognitivas
-Terapias
combinatorias: ACT + Terapia de Esquemas, por ejemplo
¿Y qué es del César?
-Que las terapias contextuales (la mayoría) revitalizaron al conductismo radical (salvo en Brasil donde no hubo olas ni oleajes)
-Que las terapias contextuales han traído su propia caja de truenos con nuevos problemas y confusiones.
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