·
Grupos y enfermedad médica
• Cáncer de mama avanzado: no hay evidencia duradera de impacto en la
supervivencia, pero si beneficios significativos con respecto a la angustia
psicológica; hacer frente a la enfermedad; manejar el dolor de
manera más efectiva y controlar el miedo (Spiegel et al., 1989; Goodwin
et al., 2001).
• Cáncer de mama en etapa inicial: mejor apoyo social y reducción angustia
psicológica pero con una advertencia de que la calidad del liderazgo es importante
para no estimular la excitación afectiva más allá de la capacidad de los
individuos y el grupo para administrar. Mejora con clasificaciones de
estrés y la mejora con el afrontamiento puede reducir la recurrencia de la
enfermedad (Antoni et al. al., 2006; Cohen et al., 2007; Classen
et al., 2008).
• Síndrome de intestino irritable: los grupos mejoran las puntuaciones de
dolor, psicológicas angustia y calidad de vida (Blanchard et al., 2007)
• Dolor crónico: los grupos mejoran el control del dolor, el estado de
ánimo y el funcionamiento deterioro (Lamb et al., 2010).
• Síntomas sin explicación médica: 20% de los pacientes que acuden al medico de familia lo hacen con con síntomas médicos inexplicables que causan angustia significativa a los pacientes y la frustración a los proveedores de atención. Enlaces de
cuidado colaborativo médicos de familia y especialistas en psicosomática
entregaron un breve grupo intervención, de naturaleza integradora, que
mostró un impacto significativo con respecto a la reducción de la ansiedad
de salud; Trastorno sicologico;reducido visitas de atención médica con beneficios económicos y una mejor salud
relacionada calidad de vida (Schaefert et al., 2013).
• Insuficiencia cardíaca: en general, las intervenciones de todos los
formatos mejoran la salud calidad de vida relacionada, pero hay un
beneficio particular en un humanista, intervención grupal existencial que ha mostrado un impacto significativo post-infarto de miocardio con respecto a la supervivencia significativamente
mejorada,resultados médicos y psicológicos (Grady et al., 2014; Orth-Gomer et al.
al., 2009; Roncella et al., 2013).
al., 2009; Roncella et al., 2013).
• VIH: la terapia grupal mejora el funcionamiento psicosocial y el
bienestar en hombres con VIH (Roussaud et al, 2007) y en diversos entornos culturales (Molassiotis et al, 2002). Los adultos mayores con VIH demostraron mejoras en la depresión en respuesta al apoyo expresivo y terapia de grupo centrada en afrontamiento entregada por teléfono (Heckman, et
al., 2013).
• Los grupos de Internet también son útiles y, como se ilustra de forma
asincrónica grupo para adultos sobrevivientes de cánceres pediátricos, empleando un enfoque narrativo también mejoró el apoyo social. Los resultados demostrados fueron reducción de los síntomas de estrés postraumático; ansiedad reducida; y
reducido miedo a la recurrencia (Seitz et al., 2014).
• Los grupos de Internet y telepsiquiatría pueden ser particularmente
importantes y terapia accesible para aquellos que están físicamente demasiado enfermos para
viajar (Applebaum et al., 2012).
La atención médica contemporánea está enfatizando una mayor integración y
colaboración entre la atención médica y psicológica, reconociendo la carga
bilateral y la posible coexistencia de ambas dimensiones de la enfermedad. La
atención clínica a esta interfaz se ha expandido a lo largo de la medicina,
basándose en las raíces iniciales de grupos para personas con cáncer y VIH. Esta
tendencia ahora incluye el manejo de enfermedades crónicas; dolor; síntomas
médicamente inexplicables y enfermedad cardíaca como ilustraciones. Es
importante en todo momento reconocer que la enfermedad médica no es homogénea
por el diagnóstico. No todos los que sufren una enfermedad médica están
psicológicamente angustiados y es más relevante para orientar las
intervenciones a aquellos que experimentan niveles más altos de carga
psicológica de angustia. También existe una conciencia cada vez mayor de
la necesidad de modificar las intervenciones grupales para que sean
culturalmente adaptativas y reconozcan las contribuciones etnoculturales únicas
a la experiencia de la enfermedad. Los grupos también se utilizan en
línea, tanto con intervenciones grupales sincrónicas e interactivas como con
grupos asincrónicos que brindan oportunidades para la autoexpresión, el apoyo y
la educación.
Es útil conceptualizar las intervenciones grupales como reflejo del modelo
tripartito de afrontamiento (Folkman y Greer, 2000). Este modelo enfatiza
el valor del afrontamiento basado en las emociones con respecto a la
expresividad emocional; apoyo social e integración social. Un segundo
componente se centra en el afrontamiento basado en problemas que enfatiza la
adquisición de conocimiento y habilidades de afrontamiento estructuradas. Un
tercer componente aborda la dimensión del afrontamiento basado en el
significado para obtener ayuda en aquellas situaciones en las que la adversidad
no puede superarse, sino que debe abordarse como un desafío. Este último
dominio enfatiza las dimensiones existenciales y humanísticas y la búsqueda de
significado frente a las adversidades serias.
Estas tres dimensiones ganan expresión en una variedad de modelos grupales,
reflejados en la terapia grupal expresiva de apoyo, terapia grupal de
comportamiento cognitivo, enfoques psicoeducativos y grupos de autogestión. Los
enfoques psicológicos profundos y la comprensión psicodinámica se abren camino
a través de la terapia grupal expresiva de apoyo y la terapia grupal de
comportamiento cognitivo.Una mirada cercana a los manuales que guían estas
intervenciones resalta un enfoque integrador en prácticamente todas las
instancias. Una orientación e integración metateórica captura la mayoría
de los modelos de intervención, reconociendo que los objetivos son ayudar a los
pacientes en lugar de adherirse a una singularidad ideológica.
Los grupos pueden ser abiertos para aquellos con enfermedades crónicas y
potencialmente mortales o, más típicamente, tienen una duración limitada entre
8 a 26 sesiones para personas con etapas tempranas de la enfermedad. El
grupo se usa generalmente como una configuración en lugar de como un agente de
cambio. La retroalimentación se centra en la enfermedad y el
afrontamiento, más que en el funcionamiento interpersonal o relacional. A
lo largo de, los objetivos en el tratamiento son mejorar las dimensiones
físicas y psicosociales de la enfermedad. Las dimensiones psicosociales
incluyen la calidad de vida relacionada con la salud, la depresión, la
ansiedad, los síntomas de estrés traumático y los niveles generales de
angustia. La calidad de vida es complicada y, a menudo, difícil de medir
(Sherman et al., 2010).
Los esfuerzos para comprender cómo los grupos logran
su efectividad siguen siendo un tanto esquivos, pero se pueden entender
económicamente como la mejora de la autoeficacia y la capacidad del individuo
para enfrentar la adversidad de manera constructiva y activa (Bandura, 1982). Esto implica reunir recursos externos e internos para enfrentar los
desafíos de maneras que mejoren el sentido de efectividad personal del
individuo en su propia vida, que a menudo es desafiado por una enfermedad grave
y amenazas mortales. Los beneficios económicos también son un componente
asociado del resultado con una mejor utilización de la atención médica y un uso
más apropiado de la atención médica.
Mejorar el cumplimiento con cursos específicos de tratamiento también puede
ser uno de los mediadores que rigen la efectividad de las intervenciones
grupales para enfermedades médicas (Dinkel et al., 2012).
Como es cierto en todas las terapias grupales, la calidad de la experiencia
grupal se verá afectada por la cohesión grupal y la habilidad y efectividad del
liderazgo del grupo (Kissane et al., 2007)
Bibliografía:
Antoni, M., Wimberly, S., Lechner, S., et al.
(2006). Reduction cancer-specific thought intrusions and anxiety symptoms with
a stress management intervention among women undergoing treatment for breast
cancer. The American Journal of Psychiatry, 163, 1791-1797.
Applebaum, A.J.,
Lichenthal, W.G., Pessin, H.A., et al. (2012). Factors associated with
attrition from a randomized controlled trial of meaning-centered group
psychotherapy for patients with advanced cancer. Psycho-Oncology, 21, 1195-204.
Bandura, A. The assessment and predictive generality
of self-percepts of efficacy. (1982). Journal of Behavior Therapy and
Experimental Psychiatry, 13, 195-199.
Blanchard, E.B., Lackner, J.M., Sanders, K. et al.
(2007). A controlled evaluation of group cognitive therapy in the treatment of
irritable bowel syndrome. Behaviour Research and Therapy, 45, 633-648.
Classen, C.C., Cavanaugh, C.E., Kraemer, H.C, et al. (2008).
Supportive-expressive group therapy for primary breast cancer patients: A
randomized prospective multicenter trial. Psycho-Oncology, 17, 438-447.
Cohen, M., & Fried, G. (2007). Comparing relaxation
training and cognitive-behavioral group therapy for women with breast cancer.
Research on Social Work Practice, 17, 313-323.
Dinkel, A., Herschbach, P., Berg, P., et al. (2012).
Determinants of long-term response to group therapy for dysfunctional fear of
progression in chronic diseases. Behavioral Medicine, 38, 1-5.
Folkman, S., & Greer, S. (2000) Promoting Psychological
Well-Being in the Face of Serious Illness: When Theory, Research and Practice
Inform Each Other. Psycho-Oncology, 9, 11-19.
Goodwin, P., Leszcz, M., Ennis, M. et al. (2001). The effect
of group psychosocial support on survival in metastatic breast cancer. New
England Journal of Medicine, 345, 1719-1726.
Grady, K. de Leon, C.F., Kozak, A.T., et al. (2014). Does
self-management counseling in patients with heart failure improve quality of
life? Findings from the Heart Failure Adherence and Retention Trial (HART).
Quality of Life Research, 23, 31-38.
Heckman, T.G., Heckman, B.D., Anderson, T., et al. (2013).
Supportive-expressive and coping group teletherapies for HIV-infected older
adults: a randomized clinical trial. AIDS Behav, 17, 3034-44.
Kissane, D., Grabsch, B., Clarke, D., et al. (2007).
Supportive-expressive group therapy for women with metastatic breast cancer.
Psycho-Oncology, 16, 277-86.
Lamb, S.E., Hansen, Z., Lall, R., et al. (2010). Group
cognitive behavioural treatment for low-back pain in primary care. The Lancet,
375, 916-923.
Molassiotis, A., Callaghan, P., Twinn, S., et al. (2002).
A pilot study of the effects of cognitive-behavioral group therapy and peer
support/counseling in decreasing psychologic distress and improving quality of
life in Chinese patients with symptomatic HIV disease. AIDS Patient Care &
Stds, 16, 83-96.
Orth-Gomer, K., Schneiderman, N., Wang, H.X., et al. (2009).
Stress reduction prolongs life in women with coronary disease: the Stockholm
Women’s Intervention Trial for Coronary Heart Disease (SWITCHD). Circulation,
Cardiovascular Quality & Outcomes, 2, 25-32.
Roncella, A., Pristipino, C., Cianfrocca, C., et al. (2013).
One-year results of the randomized, controlled, short-term psychotherapy in
acute myocardial infarction (STEP-IN-AMI) trial. International Journal of
Cardiology, 170, 132-139.
Rousaud, A., Blanch, J., Hautzinger, M., et al.
(2007). Improvement of psychosocial adjustment to HIV-1 infection through a
cognitive-behavioral oriented group psychotherapy program: a pilot study. AIDS
Patient Care & Stds, 21, 212-22.
Schaefert, R., Kaufmann, C., Wild, B., et al.
(2013). Specific Group Intervention for Patients with Medically Unexplained
Symptoms in General Practice: A Cluster Randomized Controlled Trial.
Psychotherapy and Psychosomatics, 82, 106-119.
Seitz, D.C., Knaevelsrud, C., Duran, G., et al.
(2014). Efficacy of an internet-based cognitive-behavioral intervention for
long-term survivors of pediatric cancer: a pilot study. Supportive Care in
Cancer, 22, 2075-2083.
Sherman, K.A., Heard, G., & Cavanagh, K.L. (2010).
Psychological effects and mediators of a group multi-component program for
breast cancer survivors. Journal of Behavioral Medicine, 33, 378-391.
Spiegel, D., Kraemer, H.C., Bloom, J.R., et al. (1989).
Effect of psychosocial treatment on survival of patients with metastatic breast
cancer. The Lancet, 2, 888-891
No hay comentarios:
Publicar un comentario